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Llegar temprano a la ópera y vestir con elegancia, entre las normas del encuentro

Rigidez en la etiqueta para asistir a Bayreuth
 
Periódico La Jornada
Jueves 1º de agosto de 2013, p. 4

Salzburgo, 31 de julio.

El legendario Festival de Bayreuth, donde los espectadores deben esperar a veces 10 años o más para conseguir una entrada, tiene reglas de etiqueta sumamente rígidas que lo diferencian de otros encuentros musicales.

Esta es una lista de las normas del buen comportamiento para evitar pasar un mal rato en su primera visita al célebre teatro Festspielhaus, en la Colina Verde de Bayreuth.

Llegar temprano a la ópera. Las personas que asisten a este festival, que dura un mes, conocen perfectamente las obras de Richard Wagner y no necesitan que les digan lo que sucede en el escenario.

Los programas jamás tienen una reseña del argumento y no hay subtítulos.

Si usted no conoce la historia, siempre puede salir para leerla en la librería que se encuentra junto al teatro.

En cambio, es aceptable –incluso conveniente– asistir a una de las charlas explicativas que tienen lugar el mismo día de cada representación.

El festival mismo ofrece presentaciones de obras puestas en escena cada temporada. Pero es de buen tono ser visto en las conferencias de Stefan Mickisch, un pianista de concierto que explora las estructuras musicales y las armonías de cada ópera.

Sus conferencias son seguidas con fervor por sus admiradores y en general las entradas se agotan. Incluso las personas que no tienen entradas para el Festspielhaus esa noche asisten a sus charlas.

Hay que vestirse con gran elegancia. En otras épocas, los porteros no permitían entrar si usted no estaba ataviado como para una fiesta. Actualmente no es posible imponer semejante severidad, pero si usted no se pone un vestido de baile o un esmoquin a pesar del agobiante calor, será mirada o mirado con desprecio por los otros invitados.

Tendrá suficientes posibilidades de exhibir sus mejores galas cuando se mezcle con los ricos y famosos durante los entreactos.

Prohibida la impuntualidad

Puede refrescarse en el Kneippanlage. El Festspielhaus no tiene aire acondicionado. Una forma de refrescarse durante los intervalos es pasear hasta la piscina al aire libre de Buergerreuth detrás del teatro, sacarse los zapatos y agitar los pies en el Kneippanlange, llamado así en honor de un sacerdote bávaro del siglo XIX que creía en el poder curativo del agua, o hidroterapia.

Prohibido llegar tarde. Como Bayreuth no sólo es un lugar para ser visto sino un sitio para escuchar música, los invitados llegan al Festspielhaus hasta 90 minutos antes de que se levante el telón. Los rezagados no podrán entrar. Pero 15 minutos antes de que comience cada acto, los trompetistas en la terraza real tocan una fanfarria que incluye una frase clave del acto siguiente. La misma es repetida de nuevo 10 y cinco minutos antes de que se levante el telón, y muchos invitados se congregan en la terraza especialmente para escuchar a los trompetistas.

No olvide llevar un cojín. Los asientos del Festspielhaus son de madera y muy duros, aparentemente porque rellenarlos arruinaría la célebre acústica de este teatro. Un cojín adicional disminuye la incomodidad de estar sentado en ellos durante seis horas o más.

Estaciónese lejos del teatro. Hay mucho lugar para estacionar detrás del teatro. Pero para evitar los embotellamientos de tránsito antes y después de los conciertos, es mejor subir la colina a pie. Es bastante empinada, pero caminar lentamente meditando sobre el lugar sagrado del culto a Wagner tiene sus méritos. Y después, los peatones a menudo regresan a la ciudad para cenar mucho más rápidamente que los invitados que fueron en sus automóviles.