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Fue un partido especial, admitió el entrenador del club alemán

El Bayern de Guardiola vence 2-0 a suplentes del Barcelona

La disputa con Vilanova sólo nos pertenece a él y a mí, dijo Pep

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Thiago, del Bayern Munich (izquierda) es fauleado por el azulgrana Alexis SánchezFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de julio de 2013, p. a14

Munich, 24 de julio.

El esperado rencuentro de Josep Guardiola con el Barcelona acabó con victoria de 2-0 de su nuevo club, Bayern Munich, en un partido amistoso con las emociones más fuera que dentro de la cancha.

Los goles de Philipp Lahm, al minuto 14, y de Mario Mandzukic (87) dieron a los locales la Copa Uli Hoeness, este año rodeada de más expectativa que nunca por los roces previos entre Guardiola y la directiva azulgrana, a la que acusó de no dejarlo en paz y de usar la enfermedad del ex técnico Tito Vilanova para hacerle daño.

Fue un encuentro especial para mí. Toda mi vida fui jugador y entrenador del Barça, dijo Pep en plan conciliador y festejó la actuación de sus pupilos: Estoy satisfecho. Por el momento no tengo nada de qué quejarme. Mi futbol es fácil de entender y el Bayern me entregó un buen equipo.

Sobre Vilanova, atajó: “Lo de Tito y yo nos pertenece a él y a mí, a su familia y a la mía. A nadie más”.

Los alemanes fueron más piadosos que en las semifinales de la reciente Liga de Campeones, cuando sumaron un 7-0 en los dos cruces con el conjunto catalán, pero resolvieron sin mayores problemas lo que se presentaba como la prueba más seria hasta ahora en la era Guardiola.

Barcelona jugó con Lionel Messi, pero sin elementos como Carles Puyol, Xavi, Andrés Iniesta, Víctor Valdés o la nueva estrella Neymar, y aún golpeado por la renuncia de Vilanova, sustituido por Jordi Roura, en espera del nuevo entrenador, Gerardo Martino.

El mexicano Jonathan dos Santos inició el encuentro.

Con un convincente Thiago y el desequilibrio ofensivo del trío formado por Arjen Robben, Thomas Müller y Franck Ribéry, los alemanes fueron dueños del balón ante 70 mil espectadores que colmaron el Allianz Arena.

Sin embargo, los cambios desdibujaron el juego y dejaron un segundo tiempo a media máquina y casi sin ocasiones claras.