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Petróleo

EU: el espejismo de la autosuficiencia
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Periódico La Jornada
Martes 9 de julio de 2013, p. 22

El grueso de las reservas probadas de petróleo del planeta se concentra en lugares hostiles a Occidente, inestables o una combinación de ambos. Como EU es el mayor importador mundial, durante mucho tiempo han estado latentes en ese país las preocupaciones por la seguridad energética. Por si fuera poco, los precios mundiales del petróleo han alcanzado nuevos máximos en años recientes y se mantienen fuertes. Esto se agrega a las ansiedades por la seguridad de las reservas energéticas y pone una carga sobre la economía de EU. Sin embargo, en parte a consecuencia de los precios elevados, ha ocurrido algo nuevo que, según se afirma, es revolucionario.

El petróleo cuya extracción no era redituable ahora lo es. Los avances tecnológicos en la perforación horizontal y la fracturación hidráulica (fracking) han tenido algo que ver en la posibilidad de destapar reservas que antes estaban fuera del alcance. En particular, la extracción en gran escala de petróleo de esquistos bituminosos, más conocido como shale –petróleo crudo presente en apretadas formaciones rocosas– es ahora una realidad. Aunado a la perspectiva de un aumento en la producción del Golfo de México, de las costas de California y tal vez de campos del Ártico, el auge del petróleo shale alimenta versiones de que EU llegará a ser autosuficiente en petróleo. De hecho, sus importaciones han caído en una quinta parte en términos absolutos de 2005 a la fecha; las importaciones netas (importaciones totales menos exportaciones) llegaron este año a un nivel sin precedente de 60% del consumo del país, y cayeron a un 40% en meses recientes.

Pero aun si la oferta de este tipo de petróleo sobrepasa todas las expectativas en la década, es improbable que EU alcance la autosuficiencia de aquí a 2020, fin del periodo de pronóstico de EIU. Según cálculos de la Administración de Información Energética (AIE) estadunidense, las importaciones netas de crudo decaerán de 8.9 barriles/día el año pasado a 7.5 b/d en 2035.

No tan sencillo

Políticos de todas las tendencias sugieren que la mayor autosuficiencia petrolera acarreará a EU una serie de beneficios económicos y de política exterior. También se le presenta como el fundamento de una mayor independencia energética. Tanto entusiasmo es injustificado.

Una ventaja teórica de la autosuficiencia en cualquier producto es que las reservas domésticas son por lo regular más baratas que sus sustitutos importados. Los costos de transporte son típicamente más bajos y no hay aranceles a considerar. Así, si la industria de EU paga menos por su petróleo, ello debe dar impulso a las manufacturas y, por tanto, a la economía en conjunto. Reducir la dependencia del petróleo importado podría también disminuir los riesgos de inflación que derivan del hecho de que los precios internacionales están más allá del control de los encargados de las políticas en EU. Este razonamiento es más que simplista.

El petróleo es un bien global, fácil de transportar (a diferencia del gas). Se le comercia en un mercado fungible en el que los precios se fijan a nivel internacional. Se puede alegar que si EU ya no necesitara importar petróleo, el precio internacional podría caer, pero de ningún modo es seguro que así ocurra. Si bien ese país es hoy el mayor consumidor mundial, es muy probable que el apetito por petróleo del mundo en desarrollo llene el hueco dejado por la pérdida de la demanda estadunidense. Por otra parte, si los precios internos cayeran en forma dramática, los productores de ese país buscarían mercados más atractivos para sus productos en el extranjero (es ilegal vender petróleo estadunidense fuera del país, pero los productos refinados se pueden comerciar libremente, lo cual vuelve porosa la prohibición). Exportar más productos petroleros reduciría las reservas internas y elevaría los precios. No es lo que se llamaría independencia.

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Anuncio con los precios de varios tipos de combustible combinados con etanol en una estación de servicio en la ciudad de OklahomaFoto Ap

Por consiguiente, EU seguirá siendo vulnerable a las perturbaciones del precio del petróleo, por robusta que sea su oferta interna. También son infundadas las esperanzas de que la producción interna se traduzca en una gasolina más barata, como esperan los consumidores. De hecho, un estudio reciente de la agencia Ap encontró que no existe correlación estadística entre el volumen de producción local y los precios que los automovilistas pagan en la gasolinera.

¿Qué hay del otro tan pregonado beneficio de la mayor producción interna, de que al bajar la dependencia del petróleo extranjero EU podrá librarse de la costosa proyección de poderío militar fuera de sus fronteras? Si Washington no necesita garantizar la estabilidad de la producción y el transporte de petróleo, ¿no podría darse el lujo de abandonar sus costosas bases en Medio Oriente y reducir el número de sus fuerzas militares?

Una vez más, las presunciones que subyacen en esta afirmación son demasiado simplistas. Sin duda, la reducción de importaciones petroleras podría persuadir a EU de aligerar su presencia en Medio Oriente; después de todo, ya intenta pivotear sus fuerzas hacia el continente asiático. Pero como queda ilustrado por esto último, EU no puede simplemente dejar de involucrarse en asuntos mundiales, aun si lograra una producción petrolera mucho más elevada. Puesto que los precios del petróleo se fijan en mercados mundiales, proteger las vías marítimas seguirá siendo prioritario. EU buscará retener su posición, influencia y liderazgo, por mucho petróleo que produzca.

No se trata de decir que EU derive pocas ventajas de una mayor autosuficiencia petrolera. Uno de los principales beneficios se verá en su cuenta corriente. En los primeros siete meses de 2012, el valor de las importaciones petroleras, por 252 mil mdd, representó 18% de la cuenta por compras en el exterior. Reducir esas importaciones podría ayudar a reducir el déficit comercial. Entre tanto, habría un beneficio aún mayor para la balanza comercial si el aumento de producción local de crudo condujera a mayores exportaciones de productos refinados de alto valor (EU se convirtió en exportador neto de productos refinados en 2011, en parte a causa de la vacilante demanda interna). Las mejoras en la posición en cuenta corriente disminuirían las necesidades crediticias del país y conducirían –si lo demás se mantiene igual– a un dólar más fuerte. Sin embargo, esta evaluación de la utilidad de un aumento en la autosuficiencia del petróleo es más modesta de lo que se presenta comúnmente.

Fuente: EIU

Traducción: Jorge Anaya

En asociación con infoestratégica