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El gobierno se rehúsa porque sabe que sería castigado: líder gremial

Sindicatos y oposición exigen nuevos comicios en Portugal
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Miles de portugueses se congregaron ayer frente al palacio presidencial, en Lisboa, para demandar elecciones adelantadas, en un día en que los dirigentes de la coalición en el gobierno llegaron a un acuerdo para continuar su alianzaFoto Ap y Xinhua
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de julio de 2013, p. 29

Lisboa, 6 de julio.

Miles de personas se congregaron hoy ante el palacio presidencial de Lisboa para reclamar nuevos comicios, tras el acuerdo para salvar al gobierno de centroderecha en Portugal.

En medio de la recesión que atraviesa el país y un elevado desempleo, la oposición de izquierda y los sindicatos exigieron la realización de nuevas elecciones.

Portugal –país que recibió un rescate internacional por 78 mil millones de euros, a cambio de duras medidas de austeridad– ocupa el tercer lugar de desempleo en la zona euro (sólo por detrás de Grecia y España), cuya tasa llega a 17.6 por ciento de la población en general, mientras entre los jóvenes menores de 25 años la desocupación se dispara a 42.1 por ciento.

El gobierno no quiere nuevas elecciones, porque sabe que sería castigado en las urnas por la política de empobrecimiento, dijo el jefe sindical Armenio Carlos durante su discurso. En la manifestación también participaron políticos de la oposición de izquierda.

Los socios de la coalición en el gobierno, encabezada por el primer ministro Pedro Passo Coelho, llegaron el viernes en la noche a un acuerdo para salvar al gobierno, que aplica desde hace dos años severos planes de austeridad, exigidos por los acreedores internacionales del país, pese al descontento social.

El primer ministro portugués anunció este sábado la designación como viceprimer ministro de Paulo Portas, quien había renunciado a la cartera de Relaciones Exteriores, al asegurar que ya no podía acompañar las políticas de austeridad del gobierno. Su renuncia se sumó a la que un día antes hizo el ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, artífice del plan de reformas y austeridad impuestos por los prestamistas, dimisiones que desencadenaron la actual crisis política en este país, al hacer temer la caída del gobierno y el fracaso del plan de rescate financiero acordado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en mayo de 2011.

“Lo propuse como viceprimer ministro con la responsabilidad de coordinar las políticas económicas y las relaciones con la troika (de acreedores de Portugal)”, anunció Passos Coelho, acompañado por Portas, en una declaración a la prensa.

Portas es el jefe del pequeño partido conservador Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), cuya alianza con el Partido Socialdemócrata (PSD, de Passos Coelho) asegura a la coalición de centro derecha, en el poder desde junio de 2011, la mayoría en el parlamento.

Es nuestra obligación asegurar la estabilidad indispensable para superar la delicada situación política en la que nos encontramos, dijo Passos Coelho al anunciar un acuerdo sólido que permita garantizar el respeto de los compromisos internacionales de Portugal.

Además del nombramiento de Portas, el jefe del gobierno confirmó la designación reciente de María Luis Albuquerque como ministra de Finanzas, elección que refleja la voluntad del primer ministro de continuar con la austeridad.

La decisión está ahora en manos del presidente conservador Aníbal Cavaco Silva, quien dispone del poder de disolver el Parlamento y por tanto debe aprobar todo acuerdo de gobierno. El jefe del Estado tiene previsto consultar a los partidos parlamentarios a partir del lunes, comenzando por los de extrema izquierda que, al igual que la oposición socialista, defienden la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.

La Confederación General de Trabajadores Portugueses, la principal confederación sindical portuguesa, y movimientos ciudadanos se oponen a la política de austeridad aplicada bajo la tutela de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, por lo que han presionado para que renuncie el actual gobierno comandado por Passos Coelho.

La crisis política puso en evidencia los problemas de un país que tiene dificultades para frenar su endeudamiento a través de una cura de rigor criticada tanto por los sindicatos como por los empresarios, pues los recortes presupuestarios y alzas de impuestos sin precedentes provocaron una recesión más fuerte de lo previsto y desempleo galopante.