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Insuficiente, reforma hacendaria, si no se solucionan condiciones de desigualdad

En el país debe haber más créditos, empleos, educación y mayores ingresos: analistas

No podrá apoyar el desarrollo un gobierno que recauda poco, gasta mal y tiene una banca que no presta

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Nicolás Amoroso, Diego Valadés, Francisco Labastida Ochoa y Jesús Silva Herzog, durante el seminario efectuado ayer en la Antigua Escuela de JurisprudenciaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de junio de 2013, p. 12

Una reforma hacendaria no será suficiente en tanto no se dé solución a graves condiciones que enfrenta el país con 28 millones de subempleados, 20 millones que sólo ganan para malcomer, miles de ninis, y con sólo un cuarto de mexicanos que en un futuro tendrán derecho a una pensión de menos de 2 mil pesos al mes, afirmó el ex senador y ex secretario de Gobernación Francisco Labastida.

El político sinaloense advirtió que a lo anterior se suma una condición financiera crítica –si no es que de quiebra– de las grandes instituciones del país como el IMSS o Pemex; una gravísima y mala distribución del ingreso; el deterioro inu­sitado de la seguridad pública; la mala calidad educativa; un crecimiento económico mediocre –en las últimas dos décadas sólo ha sido de 2 por ciento– y una banca internacional que en México gana más que en cualquier lugar del mundo.

En el seminario Desarrollo incluyente, bienestar social y reforma de la hacienda pública, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que una reforma que no pretenda que la banca preste más a los sectores más generadores de empleo, darles crédito, y crédito más barato, tampoco es una reforma de fondo. Es gatopardismo.

Y un desarrollo económico que no se plantee cambiar los problemas, no merece llamarse como tal. Además, enfatizó que una banca de desarrollo sin recursos es una banca inoperante, que no funciona.

El país, lamentó, tiene varias décadas que dejó de hacer cambios de fondo, de evolucionar, de transformarse. Ese camino no puede ser por el cual continúe México y no debe ser que los políticos le tengamos más miedo a las soluciones que a los problemas.

De este modo, planteó que de no tener una mejoría real del sistema educativo, de no abatirse drásticamente la impunidad y la inseguridad, y si no elevamos la inversión total, vamos a sufrir décadas y décadas los problemas que hoy estamos enfrentando.

En su turno, el ex secretario de Hacienda Jesús Silva Herzog Flores destacó que un gobierno que recauda poco, gasta mal y tiene una banca que no presta, difícilmente podrá apoyar de manera eficaz el desarrollo económico incluyente y con bienestar social.

Consideró que la razón básica por la que el país sólo ha crecido al 2 por ciento en los últimos 20 años obedece a que la prioridad fundamental de la política económica se ha basado en la estabilidad monetaria y en la lucha contra la inflación. Sin embargo, se olvidó el crecimiento y la generación de empleo.

Por lo anterior, señaló, es apremiante retomar el crecimiento como prioridad básica, y para ello se requiere devolver al Estado su papel activo y promotor, pues seguimos con la idea fundamentalista de que el mejor gobierno es el que no existe.

En su turno, Nicolás Amoroso, del Banco de México, admitió que el fortalecimiento de los fundamentos macroeconómicos no ha sido suficiente para provocar un crecimiento más acelerado y sostenido.