Opinión
Ver día anteriorMartes 18 de junio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Contaminación visual

Negocio de millones

La ALDF debe poner orden

H

ay algo muy podrido en el negocio de los anuncios espectaculares que llenan la ciudad de mensajes de todo tipo, contaminando profundamente el ambiente visual de los capitalinos, porque, según se nos ha comentado, además de los daños que causan, no pagan impuestos.

No se sabe, eso es seguro, con exactitud, cuántos anuncios espectaculares existen en el Distrito Federal. Lo que hay son cifras aproximadas. Se dice que están montados entre 5 mil 300 y 5 mil 400, y en el caso de las vallas no hay registro, simplemente aparecen y desparecen como por arte de magia. Un caso similar es el de los anuncios en los pasos a desnivel, en los taxis, en las casetas telefónicas, en las estructuras de los llamados valet parking. Ninguno tributa al gobierno de la ciudad.

Aunque hay una ley que obliga al pago de impuestos por ese tipo de negocios, se asegura que los abogados de las empresas hallaron los resquicios de la ley para evitar ese pago, y desde hace buen tiempo los anuncios brotan como sarpullido maligno en cuantas azoteas, paredes, vallas o cualquier espacio se puedan colocar, mientras en las arcas de la tesorería de la ciudad de México hacen falta fondos para innumerables tareas del gobierno. Esto, además, porque hacen falta las adecuaciones fiscales necesarias para que tributen, cosa que, como dijimos, ha sido aprovechada por los abogados que logran que sus clientes burlen los pagos de ley.

Por lo pronto, el negocio sigue en pie y es tan generoso que existen por ahí 50 empresas que han sembrado sus anuncios por todo el DF, pero las autoridades se han enfrentado a cosas casi inverosímiles. De todos esos anuncios, 25 por ciento, haciendo sólo cálculos, son irregulares. Y lo peor, cuando la autoridad llega a quitar algún espectacular, resulta que no tiene dueño, que no hay responsables y que no se puede castigar a nadie.

Ese es el panorama real de lo que sucede con la publicidad exterior que hay en la capital. Demandar que se ponga orden en este negocio, dicen algunos, es simplemente imposible, porque ha logrado la protección de muchas autoridades que esperan, seguramente, que en algún momento sus lemas políticos y, claro, su imagen aparezcan en alguno de los espacios que controlan y administran los empresarios de ese tipo de publicidad.

Sí, existen muchos pendientes en la Asamblea Legislativa; las tareas son muchas y arduas, pero es urgente que los pretextos para el pago de impuestos termine de una vez. Hoy los diputados a la ALDF son los responsables de que este caos continúe y aumente. Ya es hora de hacer a la iniciativa privada responsable de sus negocios, porque no es posible que se castigue a la población en general para beneficiarlos. Ojalá y eso, el orden, se dé en breve por parte de los asambleístas.

De pasadita

Un puñado de militantes de la tribu que comanda René Bejarano pretende hacer responsable a quien firma este espacio de la integridad física de sus dirigentes, por lo escrito el jueves pasado. Debemos puntualizar, primero, que no se pretende –de ninguna manera– poner en peligro a nadie, sino, como siempre, tratar de exponer, frente al lector, la información que sobre algún tema maneja la autoridad, por más dudosa que sea. Estamos ciertos de que IDN es absolutamente coherente con sus dichos y sus hechos. La proliferación de antros en la delegación Cuauhtémoc es parte de ella, y eso no requiere de ninguna investigación, está a la vista de todos. ¿O acaso lo que nos tratan de decir es que las autoridades delegacionales no expiden los permisos para el funcionamiento de todos y cada uno de los antros? ¿Es verdad que esa misma autoridad no sabe de su funcionamiento, en cantidad de veces ilegal? Las bombas en la zona minada de la Cuauhtémoc no han sido colocadas por este espacio, pero ahí están.