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Ver día anteriorSábado 25 de mayo de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Apuntes postsoviéticos

Abandonados y humillados

L

os rusos constituyen la nación más numerosa dentro del mosaico étnico de este país, pero también son una insultante minoría en una de las entidades federales, la república norcaucásica de Chechenia.

Abandonados por Moscú y humillados por el gobierno checheno, apenas poco más de 10 mil rusos subsisten en aldeas, lejos del escaparate de bonanza que los petrodólares rusos han convertido a Grozny, la capital, como ciudadanos de segunda clase y sin tener ninguna posibilidad de irse a otro lado.

En Grozny, según su alcalde, con cerca de 300 mil habitantes, viven mil 700 rusos, casi todos ancianos, pues el único trabajo disponible ahí para un ruso es el de barrendero.

Cada domingo, al único templo de la iglesia ortodoxa que se conserva en la capital de Chechenia, rodeado por mezquitas para los musulmanes locales, asisten a misa no más de 30 rusos.

Cuando todavía existía la Unión Soviética vivían en Chechenia 370 mil rusos. El censo de 1979 registró el éxodo de 34 mil rusos, debido a la caída de la extracción y refinación de petróleo en la república.

En los primeros años después del colapso soviético, durante el genocidio de la población rusa en Chechenia que se dio en el periodo independentista del general Dzhojar Dudayev, el número de rusos se redujo en 200 mil personas, entre asesinados y desplazados a las regiones colindantes de Rusia.

Al término de las dos guerras ruso-chechenas de la décadas de los 90 quedaron en Chechenia sólo 29 mil rusos, cifra que 13 años más tarde sufrió la merma de dos terceras partes.

Se habla muy poco de esta tragedia en Rusia, ya que las autoridades dan por entendido que la deplorable situación de la minoría rusa en Chechenia es parte del precio que el Kremlin tiene que pagar a cambio de la supuesta lealtad del gobernante checheno, además –obvio es recordarlo– de los multimillonarios subsidios que proporcionan al régimen de Ramzan Kadyrov.

En ese contexto, mientras Moscú sopesa los riesgos y beneficios de crear condiciones para que los rusos quieran volver a Chechenia, el propio gobierno de Kadyrov diseñó un programa de repatriación para tres años, que va a favorecer, dice el responsable del mismo, a mil 500 rusos de profesiones útiles: médicos y maestros, sobre todo.

Sólo falta que llegue el dinero de Moscú: con mil millones de rublos al año –equivalentes a 32 millones de dólares– sería suficiente, calcula el gobierno checheno.

De aprobarse el financiamiento, ¿qué porcentaje de esos 96 millones de dólares tendrá en Chechenia un destino diferente al que debería según el gasto autorizado?