El mito del fracaso, de las finales perdidas, de los 15 años sin títulos, quedó atrás para Cruz Azul, coinciden jugadores y directiva. Todo a partir de la conquista de la Copa Mx, que –en palabras del colombiano Luis Amaranto Perea– fue como si alguien los hubiera tocado con una varita y un cambio hubiera ocurrido en el equipo.

Alberto Quintano, vicepresidente deportivo del Cruz Azul, aseguró que desde que La Máquina conquistó la Copa ya no pesa ninguna maldición sobre el equipo –las maldiciones ya se superaron–, y aseguró que a partir de ahí surgieron cruzazulinos hasta por debajo del agua. Feliz, puntualizó que están listos, entusiasmados, para disputar ante el América el título de liga.

Ayer se realizó la junta en el edificio de la Federación Mexicana de Futbol, en la colonia Roma, donde se oficializaron los horarios para la final: el partido de ida será en el estadio Azul el jueves a las 21 horas y la vuelta el domingo en el Azteca a las 20 horas. Quintano indicó que los Cementeros tienen tanta afición que no serán visitantes en el Coloso de Santa Úrsula.

Subrayó que los aficionados de Cruz Azul, tras padecer 15 años de desilusión, ya tienen confianza en el equipo y espera que eso se refleje en un gran apoyo.

Ya se acabaron las maldiciones, ya den vuelta a la hoja porque ya obtuvimos una copa. Por lo menos esta temporada logramos un título; las maldiciones están afuera, ya se superaron y ahora vamos por un segundo campeonato, indicó.

Refirió: El equipo tuvo una bonita levantada a partir de la Copa y tras varios partidos que se fueron conjugando se levantó el nivel futbolístico, así como los resultados. Una final es una final, y qué bonito que sea con el América. Se habla del clásico joven, aunque ya no es tan joven, ya tiene su historia.

El colombiano Luis Amaranto Perea desea terminar con las ideas negativas en el Cruz AzulFoto Jam Media

El directivo no considera que La Máquina esté en desventaja en cuanto a seguidores. Cruz Azul ha ido conquistando afición durante mucho tiempo, el reflejo es que cuando conquistamos la Copa surgieron cruzazulinos que estaban debajo del agua, salieron del clóset, dijo entre risas.

En ese mismo tono, los jugadores dieron su versión de un nuevo espíritu que invade al conjunto celeste. Todos admitieron que ganar la Copa Mx les permitió sacudirse presiones e inseguridades; ahora comparten el entusiasmo por disputar una final que anticipan será espectacular al enfrentar la mejor versión que han tenido ambos equipos en mucho tiempo.

Fue como si alguien hubiera tocado al equipo con una varita, comentó el colombiano Luis Amaranto Perea. Queremos terminar con la idea de tantas cosas malas que han pasado en la historia de Cruz Azul y demostrar que lo que pasó con la Copa no fue obra de la casualidad, sino del trabajo, agregó.

Esa idea negativa, sostuvo, se desvanecerá con los resultados. Lo que emociona a los jugadores celestes en esta final es que desde hace tiempo no había un equipo que llegara con la certeza de que éste es su momento. Estamos en la orilla para hacer algo histórico, dijo Perea.

El argentino Mariano Pavone coincidió con este ánimo, pues comentó que la Copa sirvió para borrar el estigma que pesaba en el equipo.

Pavone, que por una lesión en la pantorrilla derecha podría perderse la final –aunque dejó abierta la posibilidad de jugar infiltrado el domingo–, no dejó pasar la singularidad de una final que para muchos tiene tintes de clásico y eso, dijo, es suficiente para ilusionarlos.

En el mismo sentido, Jair Pereira remató: Ya no nos pesan losas ni nos espantan fantasmas.