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No se alegran; jamás nos pareceremos a los verdugos, dicen ONG de derechos humanos

Se murió la muerte, escribió la hija de una víctima de la dictadura de Videla
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Estela de Carlotto (primer plano a la izquierda), lideresa de Abuelas de Plaza de Mayo, charla con Haydee García Gastelu, de la misma agrupación, durante una conferencia de prensa relativa a la muerte del ex dictador Jorge Rafael Videla. Atrás aparece Francisco Madariaga (de cabello largo), hijo de Silvia Quintela, desaparecida durante la pasada dictadura militarFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 18 de mayo de 2013, p. 19

Buenos Aires, 17 de mayo.

La sorpresa sacudió al país esta mañana al enterarse de que el ex dictador Jorge Rafael Videla, murió, después de que en los últimos tiempos insinuó la necesidad de un golpe militar, durante una entrevista publicada en el exterior. Las reacciones no se hicieron esperar; sin embargo, no hubo organismos de derechos humanos, ni madres, ni abuelas, ni sobrevivientes de la pasada dictadura militar, que manifestaran alegría, porque jamás nos pareceremos a los verdugos dijeron.

No podemos hablar de la alegría porque se trata de una muerte. No festejamos como hemos visto hacer en muchos casos la muerte de nadie, menos nosotros que hemos perdido tanto. Debo decir que sí sentimos alivio y paz, aunque el último gesto de Videla pudo haber sido la verdad, dijo Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo a La Jornada.

El ex dictador no tuvo un solo gesto humano. Escuchó testimonios terribles, muy dolorosos de sobrevivientes de familiares, de hijos, pero nada pasó por su rostro. No se arrepintió, no aceptó haber estado al frente de un terrible plan de exterminio, no reconoció nada y después de tantos años, en los últimos juicios siguió reivindicando y jactándose de lo que hicieron. Y además dijo que, si fuera necesario, volvería a hacerlo.

Para Carlotto, puede haber quienes tengan alguna duda, o compasión. En todo caso la compasión que uno siente ante alguien que no tenga ningún gesto de humanidad. Hay 30 mil desaparecidos. Y sólo se necesitaba un gesto, que nos dijera algo. Muchas madres y abuelas han muerto con la enorme angustia de no saber dónde están sus hijos, los restos, dónde los nietos desaparecidos vivos. Nos dejó la historia sin concluir, pero debemos rescatar que fue condenado por muchos crímenes, pero también por el robo de niños y murió detenido por esa causa.

En el mismo tono hablaron las madres Fundadoras como Nora Cortiñas, recordando que la lucha por verdad y justicia continúa y que ahora se está yendo mucho más profundo para identificar a todos los cómplices de ese tiempo de horror y muerte que fue la dictadura.

Carlotto también habló de la necesidad de avanzar hacia una justicia digna, que no ponga obstáculos como se ha hecho en muchos casos de derechos humanos.

Lo que más se destacó en todas las declaraciones oficiales. de organismos y dirigentes políticos es que Videla murió juzgado y condenado.

La muerte de Videla en una cárcel común nos reafirma que el plan de la dictadura fracasó, porque el objetivo del plan sistemático de secuestro, tortura y muerte fue el olvido, y hoy la democracia avanza en poner fin a la impunidad, dijo el senador oficialista, Daniel Filmus.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, sostuvo que ninguna muerte nos puede poner contentos, pero realmente Videla ha significado una etapa trágica de la historia argentina y esto demuestra que, tarde o temprano, la justicia siempre llega.

Destacó que el ex dictador ha pasado sus últimos años en cárcel común y eso es producto de que ha existido una justicia que lo ha juzgado y ha pagado con la cárcel las atrocidades cometidas.

Entre los fiscales que juzgaron a las juntas militares en 1985, la expresión más común es que tanto Videla como otros jefes militares nunca han mostrado arrepentimiento sobre los hechos, ni tampoco han hecho nada por reparar a las víctimas.

La dirigencia política coincidió en que Videla fue la expresión, el símbolo, el ideólogo de la dictadura más cruenta que conoció el país y que su muerte en una cárcel y juzgado en democracia con todas las garantías.

Para el diputado del Frente para la Victoria, Roberto Feletti, con la muerte de Videla en la Argentina de la década ganada, también se derrotó a la impunidad.

Esto ha sido lo más fuerte y constante en este extraño día.

Hablando con La Jornada, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel recordó que Videla es el símbolo del terrorismo de Estado, un símbolo de algo que continúa en muchos lugares del mundo en estos tiempos.

Lamentó la crueldad del silencio que ni siquiera se quebró en los juicios cuando los testimonios eran tan dolorosos, que conmovían hasta los más duros. Podemos decir sin dudar que fue un hombre que ha pasado por la vida haciendo mucho daño y ha traicionado los valores humanos y los de de todo un país, al que hundió en el terror durante años, dejando secuelas que no se van fácilmente.

Para Pérez Esquivel, la justicia debe seguir su camino, apurando los juicios, que han sido y son históricos, en un mundo donde muchos intentan volver a los pasados de golpes de Estado , terrorismo y dictaduras, y donde guerras injustas están produciendo crímenes atroces, que aquí se están juzgando

Recordó que fue prisionero durante 28 meses de la dictadura militar que nunca me acusaron de nada ni me enjuiciaron. Soy un sobreviviente de los vuelos de la muerte, e instó para trabajar con el fin de que ese horror no se repita.

Murió condenado en una Argentina más justa. Se murió la muerte. Murió Videla, escribió una joven hija de víctima de la dictadura. En algún lugar, sin embargo, alguien llora, por este hombre, que dejó tanto dolor a su paso. Como una ley de la vida.