No obstante hallarse actualmente “pulverizada en ambiciones personales solipsistas y mundanas como la celebridad, el dinero, el sexo y el poder”, la idea de trascendencia no ha perdido ni un ápice de su influencia “en las formas de pensar, desear y vivir”, afirma Fabrizio Andreella en su lúcido ensayo, donde explora las nuevas formas, muchas de ellas distorsionadas, que la época actual asigna tanto al concepto de lo trascendente como de lo sagrado, y que se evidencian en templos, liturgias, sacrificios, profecías y reliquias de nuevo cuño, todos paganos y, no casualmente, orientados hacia ese dios de la postmodernidad que es el dúo consumo-ganancia. Publicamos además “El amigo Paciencia”, un cuento de Guy de Maupassant, así como un artículo sobre la catedral de Colonia, convertida en un involuntario museo de hallazgos. |