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Peritaje histórico concluye que hay clara evidencia de genocidio contra la comunidad Ixil

Exhuman en Guatemala restos de presuntas víctimas del régimen de Ríos Montt

Ningún operativo militar hubiera sido posible sin el permiso del ex dictador, asegura experto

 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de abril de 2013, p. 42

Guatemala, 16 de abril.

Un grupo de antropólogos recuperó restos de al menos ocho personas en exhumaciones que se realizan en un cuartel militar ubicado en el norte de Guatemala, donde al parecer se realizaron ejecuciones durante el gobierno de facto de Efraín Ríos Montt (1982-1983), enjuiciado por la muerte de mil 700 indígenas de la comunidad Ixil, considerada enemigo interno por la dirección de inteligencia.

En las excavaciones se observó que evidencias óseas fueron sustraídas y se trató de ocultar que en el destacamento hubo personas enterradas. Los restos encontrados confirman que se realizaron ejecuciones, señaló en un comunicado la Fundación de Antropología Forense de Guatemala.

El campo militar está ubicado en la aldea Visan del municipio de Nebaj, departamento de Quiché, uno de los tres poblados inmersos en la denuncia contra Ríos Mott, y su antiguo jefe de inteligencia militar José Rodríguez, quienes son procesados por genocidio desde el pasado 19 de marzo.

En tanto, el peritaje técnico militar presentado ayer en el juicio por el general retirado Rodolfo Robles Espinoza, reveló que ningún operativo militar hubiera sido posible sin el conocimiento y aprobación del alto mando militar o jefe del estado mayor del ejército: Efraín Ríos Montt, por lo que es responsable por autoría mediata: incurrió en responsabilidad del superior, explicó.

Tampoco se hubieran podido realizar sin el apoyo de la dirección de inteligencia, que consideró a los grupos revolucionarios como enemigo interno, y la población Ixil fue considerada base de apoyo para la insurgencia, por lo que caía también en la categoría de enemigo.

Otro peritaje social de Elizabeth Oglesby señaló que el alto mando consideraba a la población desplazada como una amenaza, y que el hambre fue utilizada como arma de guerra, ya que impedía que la gente pudiera sobrevivir y se sometiera al control militar.

Héctor Rosada concluyó en un peritaje histórico sociocultural que existen fuertes indicios de que en el pueblo Ixil la secuencia, repetición y masividad brutal de los hechos es clara evidencia de genocidio.