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Fue terminado hace casi cuatro meses; está cubierto por una manta de plástico

El Memorial de las Víctimas de la Violencia, despreciado, en el olvido y sin inaugurarse

La obra tuvo un costo de $30 millones y se inició en las postrimerías del gobierno de Calderón

 
Periódico La Jornada
Martes 19 de marzo de 2013, p. 9

A pesar de que fue terminado hace casi cuatro meses, el Memorial de las Víctimas de la Violencia, construido en la recta final del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa –con un costo de 30 millones de pesos–, todavía no ha sido inaugurado públicamente y no se ha ofrecido hasta el momento ninguna explicación oficial al respecto.

Como se informó en estas páginas, las asociaciones civiles Alto al Secuestro (dirigida por Isabel Miranda de Wallace), México SOS (del empresario Fernando Martí) y la Fundación Camino a Casa, emitieron el 3 de julio del año pasado una convocatoria para construir una obra ‘‘que permita honrar la memoria de todos aquellos que han sido víctimas de la violencia en nuestro país y contribuir a la reflexión para construir un México seguro y en paz’’.

A finales de ese mismo mes se anunció que el ganador del concurso había sido el despacho de arquitectos dirigido por Ricardo López Martín, Julio Gaeta y Luby Springall, quienes dieron inicio a la obra el 7 de septiembre y la concluyeron el 23 de noviembre de 2012.

Una semana después, durante los últimos minutos de la administración calderonista, la Secretaría de Gobernación emitió un comunicado en donde anunciaba que el memorial había sido terminado y que éste se entregaría de manera simbólica a las tres organizaciones que convocaron a edificarlo, las cuales serían las encargadas de mostrarlo al público.

Tras el cambio de administración federal, el gobierno de Enrique Peña Nieto designó en enero de este año a la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas de Delitos (Províctima) como encargada del ‘‘depósito provisional’’ de la obra, sin que hasta el momento haya dado la orden de inaugurarlo.

Durante un recorrido por el sitio –ubicado en la esquina de Paseo de la Reforma y Anatole France, justo al lado del Campo Marte– La Jornada pudo constatar que sigue rodeado por una manta de plástico blanco y es vigilado por agentes de la Policía Bancaria e Industrial.

El memorial fue edificado en un terreno donado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), con una superficie total de 13 mil 779 metros cuadrados, y consiste en 70 muros y columnas gigantescas de acero, en donde fueron grabadas frases alusivas a la paz y la participación de la sociedad civil.

‘‘Es un espacio de reflexión, no de controversia’’

En entrevista, la titular de Províctima, Sara Irene Herrerías, explicó que la decisión de inaugurar la obra no depende de ese organismo, sino directamente de la Presidencia de la República, que hasta el momento no ha dado ninguna orden al respecto ni ha explicado el motivo por el cual la mantiene cerrada.

–¿Hubo algún obstáculo para inaugurar el memorial debido al cambio de gobierno?

–No, porque las instituciones no cambian. El Instituto de Administración y Avalúo de Bienes Nacionales nos dio el memorial a nosotros como un depósito provisional, en un trámite normal que no tuvo ningún impedimento jurídico.

–¿Ustedes le han hecho peticiones recientemente a la Presidencia de la República para que abra el sitio? –se le preguntó.

–Yo le he estado informando de manera constante a la Presidencia sobre la demanda de las organizaciones y el despacho de arquitectos, pero no hemos recibido ninguna orden de inaugurar el monumento.

Según comentó Herrerías, el desacuerdo del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) con la construcción de este memorial tampoco es motivo para retrasar su apertura, pues dicho sitio es un ‘‘espacio de reflexión’’ que trasciende cualquier diferencia, ni tampoco es un obstáculo el hecho de que se edificara en terrenos que pertenecieron al Ejército.

‘‘Muchas de las víctimas de la violencia incluso están agradecidas con las secretarías de Defensa Nacional y de Marina, porque han sido rescatadas por ellas. Conozco a Javier Sicilia y sé que respetará este espacio y a quienes sí se reconozcan en él. No creo que haya ningún conflicto o controversia’’, indicó.

Mantenerlo cerrado es absurdo, dicen los creadores

Por su parte, el arquitecto Julio Gaeta, integrante del despacho que ganó la convocatoria del memorial, lamentó que la apertura de un sitio dedicado a reflexionar sobre la paz esté siendo postergada por ‘‘cuestiones políticas’’, al tiempo que consideró absurdo no disponer de un espacio ya terminado, en cuya edificación se utilizaron recursos públicos.

‘‘Hay 30 millones de pesos de la ciudadanía invertidos ahí, en pleno centro de la ciudad, pegado al Auditorio Nacional, y cada día que pasa sin inaugurarse es un día más de absurdo. Ya se cuentan más de cien días de pagar jardineros, guardias e iluminación sin que nadie lo use. Hemos preguntado por qué no se inaugura y nadie nos lo explica. Este es un tema netamente político’’, deploró el arquitecto.

Con respecto a la oposición del movimiento encabezado por el poeta Javier Sicilia, Gaeta dijo entender que haya diferentes puntos de vista sobre un lugar así, pero insistió en que mantener cerrado el memorial cuando ya está concluido no se puede justificar de ninguna manera.

‘‘Incluso los objetores más aguerridos de este proyecto no tendrían argumentos para oponerse. Las inversiones para el memorial ya están dadas y cuestionar su existencia está a destiempo. No digo que las controversias quedan atrás, pero el lugar ya está listo, la gente y los especialistas lo evalúan muy bien y no queda otra más que abrirlo’’, recalcó.

El MPJD asegura que no se opone a su apertura

Consultado sobre el tema, Eduardo Vázquez, integrante del MPJD, reiteró la postura de dicho colectivo, en el sentido de que el Memorial de las Víctimas de la Violencia es ‘‘un monumento que nace sin legitimidad, que no representa el dolor de las víctimas y está construido en una zona militar’’, pero indicó que no se oponen a la apertura.

‘‘Nosotros no nos oponemos, simplemente nos parece irrelevante, porque no lo consideramos un memorial de víctimas, sino un monumento levantado por la voluntad de Calderón, sin tener un consenso amplio al respecto. Su inauguración depende ahora de las gestiones, el interés y la capacidad de los grupos que lo promovieron’’, añadió.

Aunque el activista enfatizó su desacuerdo con el sitio, aclaró que estas obras no deben ser motivo de división para la sociedad ni para las víctimas, pues de esa forma se sumaría un dolor y un agravio más, y manifestó que no es cerrándolas como se podrá valorar su significado e importancia.

‘‘Los monumentos son como metáforas o poemas. Algunos se repiten y otros se olvidan, porque no contienen el dolor y la indignación de un país. Dejemos que la historia lo defina. Si alguien encuentra que su dolor está ahí, tiene el derecho de verlo de esa manera. Por nuestra parte no habría ninguna posición en contra’’, subrayó.