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En su último partido, buscará ganar el Supertazón con Baltimore

El liniero Ray Lewis, un predicador de oscuro pasado

En 2000 fue involucrado en el asesinato de dos jóvenes; fue exonerado

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Al lado del nadador Michael Phelps, Ray Lewis es considerado el héroe de BaltimoreFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de febrero de 2013, p. a14

Miami, 1° de febrero. Nunca se encontró el traje blanco que Ray Lewis llevaba la noche del 31 de enero de 2000, cuando dos jóvenes fueron acuchillados en un club de Atlanta. El jugador de la NFL fue acusado de asesinato, pero se retiraron los cargos, abrazó a Dios y hoy, 13 años después, rehabilitó su imagen, se convirtió en un predicador del futbol y el domingo buscará en su último partido ganar el segundo Superbowl con los Cuervos de Baltimore.

El jugador de 37 años es una de las grandes figuras del futbol americano.

Ocurra lo que ocurra el domingo en la gran final ante los 49ers de San Francisco, Lewis pasará a la historia por ser uno de los mejores linebackers, pero sí algo atrae de él no son sus tacles, sino su carisma.

Aquella noche en Atlanta cambió mi vida, repite el estadunidense. Es de las pocas cosas que habla de la pelea en la que se vio envuelto y que acabó con dos muertos y un asesino o asesinos que siguen libres.

La justicia acusó a Lewis y a dos de sus acompañantes por la muerte de Richard Lollar, de 24 años, y de Jacinth Baker, de 21. Se encontraron restos de sangre en la limusina de Lewis, quien estuvo en prisión.

Cuatro meses después los testigos cambiaron de opinión y tras un acuerdo judicial se levantaron los cargos. Ray testificó contra sus dos acompañantes –después fueron absueltos– y fue condenado sólo por obstrucción a la justicia. La NFL lo multó con 250 mil dólares y lo suspendió cuatro juegos.

En 2004 Lewis canceló las demandas civiles de los familiares de los fallecidos pagando 2 millones de dólares.

Hay dos familias que me odian por algo que no hice y la gente que mató a sus hijos está libre, dijo el jugador en 2006 a Sports Illustrated.

Un año después de aquella noche en Atlanta y aferrado a su fe ganó el Supertazón con los Cuervos, meta que aspira a repetir este domingo en el que será su último encuentro.

Contrato como comentarista

Se retira porque quiere pasar más tiempo con los seis hijos que tiene con cuatro mujeres diferentes. No se casó con ninguna y dos de ellas lo acusaron de agresión.

La cadena ESPN ya le ofreció un contrato para que se sume como analista.

“Mi propósito final es dejar un gran nombre para que el día en que los cielos finalmente se abran oiga las famosas palabras: ‘Bien hecho, buen y fiel sirviente’”, dijo Lewis esta semana en Nueva Orleáns, quien habla de sí mismo en tercera persona y a quien le encantan las cámaras, el show, los bailes y las lágrimas.

Los medios de comunicación encuentran un filón en el liniero y sus compañeros y técnico a un líder, al hombre que da el último discurso, la argamasa que solidifica a unos Cuervos que sin tanto talento como otros equipos han hecho de la unión su punto fuerte. La camiseta de Baltimore con el número 52 a la espalda es una de las más vendidas, según NFLshop.com.

Es la persona que más me inspiró en mi vida. El que habla así de Ray no es cualquiera. Es Michael Phelps, el hombre con más medallas olímpicas de la historia (22).

El ex nadador comparte con Lewis el cargo de héroe de Baltimore, ciudad conocida sobre todo por sus dos estrellas y por el duro retrato de sus calles en la prestigiosa serie de televisión The Wire.

Phelps, quien estará en Nueva Orleáns siguiendo a sus Cuervos, asegura que Lewis, con quien mantiene una gran amistad, le ayudó en momentos duros de su vida.

El jugador de los Cuervos transpira sudor y amor por el prójimo y todo sus discursos empiezan y acaban con la Biblia, sobre todo los que menos le interesan.

Es una broma del diablo, dijo cuando se le preguntó sobre las acusaciones publicadas esta semana por la revista Sports Illustrated, que asegura que tras su lesión en octubre, por la que se perdió 10 partidos, usó un espray de asta de ciervo que contiene una sustancia similar a la hormona de crecimiento humano (HGH).

No he dado positivo en ningún control, afirmó, aunque olvidó decir que la HGH sólo se detecta a través de análisis de sangre que la NFL no realiza.

Sin embargo, de lo que menos le gusta hablar es de lo sucedido el 31 de enero de 2000 en Atlanta. Esos hechos nunca son mencionados en los numerosos artículos que publica sobre él la página web de la NFL.

Este no es el momento, por la simpatía que tengo por esa familia y lo que la mía y yo hemos soportado por todo eso... Nadie está calificado para hacerme esas preguntas. Sólo creo que este es el momento de Dios, zanjó antes del duelo contra los 49ers.

Es un desalmado. El día que él y sus amigos mueran van a arder en el infierno, afirmó esta semana al diario Los Angeles Times Greg Wilson, tío del asesinado Jacinth Baker.

El caso está cerrado, Lewis fue declarado inocente y en unos años ingresará al Salón de la Fama, pase lo que pase este domingo en el Superbowl 47.