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José Areán, nuevo titular artístico de la agrupación, adelanta los ejes de su gestión

La filarmónica de la ciudad volverá a ocupar un plano estratégico

Con proyecto de largo aliento, este año busca concretar una asociación de amigos de la orquesta

Interpreta el segundo programa del año, con la tercera sinfonía de Henryk Gorecki

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José Areán en el podio de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, durante un ensayoFoto Cristina Rodríguez
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Los integrantes de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México el jueves, en un ensayoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Sábado 26 de enero de 2013, p. 4

Volver a colocar la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) en un plano estratégico dentro de la capital de la República y, a partir de ello, proyectarla a escala internacional es una de las metas de José Areán, quien el pasado 10 de enero fue designado director artístico titular de la agrupación.

Durante mucho tiempo, la orquesta estuvo en un segundo, tercero o hasta cuarto plano. Sin embargo, nunca ha perdido su potencial, capacidades y espíritu, destaca el músico en entrevista previa al segundo programa del año que la filarmónica ofrecerá este fin de semana, en el que interpretará la tercera sinfonía de Henryk Górecki, con la soprano Lourdes Ambriz como solista.

Es una orquesta que continúa teniendo gran espíritu de servicio y que a la hora de los conciertos, sin importar el lugar ni las condiciones, lo más satisfactorio es la entrega absoluta y el gran nivel artístico de sus integrantes. Sin duda, en eso radica su valor principal.

El pianista y promotor cultural, faceta esta última que desempeñó hace unos años al frente del entonces Festival de México en el Centro Histórico, el nombramiento de Areán puede leerse como un signo de estabilidad que las nuevas autoridades del Gobierno del Distrito Federal desean para la OFCM.

Lo anterior luego de que el músico se encargó de la orquesta el último el año y medio de la anterior administración, como director huésped principal, del cual se ocupó luego de que la agrupación permaneció acéfala durante tres y medio años.

Proyecto de largo aliento

Aunque aún desconoce por cuánto tiempo será su relación laboral con la filarmónica de la ciudad, por estar todavía en las últimas precisiones de su contrato, José Areán destaca que su proyecto es de largo aliento, visualizado a mediano y largo plazos, por encima incluso de su permanencia en la institución.

Es un proyecto de varios años, no quiero poner límite; quiero proyectarlo hacia el futuro, que sea de largo alcance, no sólo porque en lo personal planee estar presente determinado número de años; pienso que las instituciones deben planearse así, hacia el futuro, independientemente de quién esté al frente de ellas. Ésa, considero, es una visión muy importante.

Uno de los principales y más inmediatos aspectos de su propuesta, resalta, consiste en concretar en el transcurso de este 2013 –lo deseable es en el primer semestre– un añejo anhelo dentro de la OFCM: la creación de una asociación de amigos.

El propósito de esa instancia civil es servir de apoyo para el desarrollo y la consecución de diversos proyectos de y para la filarmónica, explica, y asegura que ya se tiene cierto camino adelantado en ese sentido.

Es esencial para cualquier agrupación artística que dependa del Estado tratar de procurarse fondos, siempre conservando su objetividad, claridad y política específica. No convertirse en una fuerza de mercado, sino utilizar a los muchos voluntarios interesados para crecer en cuanto los servicios que puedan brindarse hacia el público y crear proyectos específicos, que bien pueden ser educativos, para niños y jóvenes, de mantenimiento o de compra de instrumentos, agrega.

Las necesidades son tantas que solo extender la mano hacia el presupuesto oficial sería casi grosero. Tenemos que hacer un esfuerzo conjunto, hay muchas voluntades dentro de la sociedad civil, ya lo hemos comprobado con algunas personas que se han acercado a nosotros.

Por atender a niños y jóvenes

Entre los ejes de la propuesta de Areán, destacan la creación y el impulso de una presencia cibernética de la OFCM, que ésta tenga un impacto académico, atender a niños y jóvenes y ofrecer presentaciones extramuros, en sitios poco convencionales y puntos de la ciudad poco provistos en materia e infraestructura culturales.

Esto es sólo parte del proyecto, el cual tiene como fin específico la expansión de nuestras actividades para convertirnos en un foco estratégico en el panorama musical de la ciudad de México, subraya.

En lo estrictamente artístico, el director plantea la instauración de un programa de música de cámara, que ayudará al desarrollo individual de los atrilistas de la orquesta; la comisión de obra a autores nacionales (rubro que en este año se tiene asegurado por lo menos con el estreno mundial, en septiembre, de una pieza de Juan Felipe Waller); contar con un compositor en residencia, y por supuesto una programación de corte variado.

Al respecto de este último tópico, habla de la necesidad de mantener un equilibrio entre las obras consagradas del repertorio y propuestas poco convencionales e inclusive arriesgadas. A ello se suma, un contacto directo con la creación contemporánea producida en el país, Latinoamérica y el resto del mundo, así como la exploración de repertorio poco conocido de prestigiados autores internacionales.

Para José Areán, resulta esencial la presencia de la OFCM en el ámbito cibernético, sobre todo en redes sociales como Facebook y Twitter y la inclusión constante en la red de material de audio y video, con el propósito de ampliar su margen de acción e influencia.

También para expandir sus alcances de acción y tender puentes de comunicación e intercambio con el público y otros sectores de la sociedad mexicana, además de otros ámbitos musicales del mundo, primordialmente de América Latina, de donde, a su parecer, se desconoce gran parte de lo que se hace hoy día en la materia, por tener la mirada puesta hacia otras latitudes.

Respecto del programa académico, explica que se busca tener impacto en éste mediante la interpretación de obras de estudiantes de composición, no nece-sariamente en conciertos, sino en los ensayos. Asimismo, mantener abierta a la OFCM para que jóvenes directores realicen sus prácticas con ella. Amén de que se alentará la labor docente de los propios músicos de la agrupación.

Para la realización de este punto específico del proyecto, se buscará concretar acuerdos y convenios con los principales centros de enseñanza profesional de la disciplina en la capital del país: el Conservatorio Nacional, así como las escuelas Superior de Música y Nacional de Música.

El pianista y promotor cultural precisa que la consecución de estas propuestas depende en gran medida de la obtención de recursos. De allí que reitere la necesidad de la creación de la asociación de amigos de la OFCM.

En tanto esta se concreta, José Areán destaca que el eje rector de las temporadas de este 2013 estará determinado por dos conceptos generales, el de evolución y de revolución. Ello a partir de que este año se conmemoran los respectivos bicentenarios del nacimiento de dos artistas que bien pueden encajar en cada uno de esos rubros: Giuseppe Verdi y Richard Wagner, de forma respectiva.

Pero también, se celebran los centenarios del natalicio de Benjamin Britten y Witold Lutoslawski, así como los 100 años del estreno del ballet La consagración de la primavera, de Igor Stravinsky, obra capital del repertorio moderno que cambió el rumbo de la historia del arte sonoro.

“Los conceptos de evolución y revolución –considera– son muy pertinentes en el momento actual del país y el mundo, en la política, lo social, lo literario y el arte en general. En apariencia, son opuestos, pero abrevan mucho uno en otro; son muy importantes y trascendentes como un elemento de discusión.”

Al respecto, el director refrendó que la labor de un programador en una orquesta de las características de la OFCM tiene por finalidad también incitar al debate de las ideas en boga.

Esta es una invitación a que discutamos desde lo musical y artístico, pero también desde otros puntos, los conceptos de evolución y revolución, y su pertinencia el día de hoy, concluye Areán, no sin asegurar que la no tan distante problemática de división dentro de la orquesta se encuentra ya resuelta y que se vive un ambiente de respeto y comunicación.

Aún hay algunas cuestiones legítimas que se tienen que observar y atacar (en materias laboral y administrativa). La realidad es que la orquesta pasó por momentos muy turbulentos que ya están claramente superados, en cuanto su relación interna. Eso me da enorme gusto, sostiene.

“La relación con las autoridades, con la Secretaría de Cultura del DF, ha sido y será cada vez mejor, sobre todo por la voluntad de escuchar y trabajar juntos, que es así como deben hacerse las cosas, no de manera unilateral. Observo, entonces un muy buen momento en la orquesta.

Mi relación con los músicos es particularmente buena. Me siento muy a gusto por su reacción en los ensayos y los conciertos. Sin embargo, aún hay mucho que podemos hacer, sobre todo a partir de esa consigna de escuchar y de poder concertar, porque literalmente es lo que hacemos.

Los conciertos de la OFCM serán este sábado a las 18 horas y el domingo a las 12:30 horas en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela).