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El director de cine, académico y músico dictó una clase sobre errores de realizadores

Escribir una película y rodarla son procesos distintos: Emir Kusturica

El rodaje debe contener una arquitectura personal que desarrolle un lenguaje propio, afirma

Alegría y baile enmarcaron la presentación de la big band de Dejan Petrovic en los Balcanes

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Kusturica durante la charlaFoto Juan José Olivares
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 20 de enero de 2013, p. 8

Mokra Gora, Serbia, 19 de enero. Ante cineastas incipientes de diversas partes del orbe, el profesor –no nos referimos al extinto y celebérrimo personaje de Atlacomulco de la política mexicana, sino a un loco creador del séptimo arte– dictó ayer clase, con las montañas balcánicas como escenario.

El obsesivo Emir Kusturica, conocido en Mokra Gora y en toda Serbia y Bosnia bajo ese mote académico (cuando habla tiembla incluso la nieve) ofreció una clase magistral en la que se reveló ante una multitud algunos tips para que los jóvenes no incurran en los errores elementales de todo realizador. Les dijo no lo que debería hacerse, sino lo que no.

Antes de la charla, el profesor exhibió un cortometraje –ejercicio que realizó en 1978 cuando era estudiante–, Guernica, basado en la novela de Antonije Isakovic, que cuenta la historia de un niño judío que fue llevado a París en los años 30, cuando se expuso en esa ciudad una muestra de Picasso. El pequeño descubre su propio Guernica, luego de encarar la semilla del antisemitismo de ese tiempo en Europa.

Kusturica, creador, amo y señor, respetado por personajes que van desde políticos locales hasta las personas de intendencia, es creador del Festival Internacional de Cine y Músico Kustendorf, que sirvió de marco para su charla.

Los desertores

El escritor, director, productor, actor, músico y arquitecto Kusturica dio la idea simple de que una buena película proviene de una idea buena y nada más, aunque directores jóvenes a menudo comenten el error de comparar e igualar a la escritura con la idea y la filmación en sí mismas.

“Muchos desertan de su oficio luego de acabar la escuela porque no logran concretar una película, debido a que creen que la escritura y la filmación son lo mismo. El rodaje tiene que contener una arquitectura personal, con un proceso creativo que te lleve a alcanzar un lenguaje muy tuyo.

Además, hay que recordar que lo que se hace en la mesa no necesariamente tiene que reflejarse en la filmación, porque ése, el de rodar, es casi un proceso metafísico.

Multirreconocido por sus premiados filmes, sus documentales y su música (con su banda The No Smoking Orchestra), el graduado de la escuela de cine de Praga explicó la diferencia entre el realismo y la realidad, y parafraseando a Fiodor Dostoievsky, dijo que el realismo es la interpretación más fantástica de realidad.

Reconoció que para crear una atmósfera buena, una historia llamativa, cintas que reconozcan como hechas por ti, lo que él ha hecho es “mostrar el camino que he vivido y vivo, mis obsesiones. Por eso en éstas, aunque largas, se pueden apreciar detalles personales y gustos como la música, momentos y detalles de mi puta vida.

“Ustedes pueden decidir seguir el camino difícil de hacer proyectos de 50 millones de dólares, como muchas películas estúpidas de Hollywood, blockbusters en los que no existen la invisible arquitectura del cine o la enseñanza, todo eso que aprendiste, en un contexto de minimalismo, como el que han hecho cineastas como Jim Jarmusch, que más que minimalistas son novelistas; pueden tomar esos modelos.”

Kusturica –quien reconoció que sus influencias son varios realizadores rusos, el italiano Federico Fellini y el francés Jean Vigo, entre otros– dijo que aunque el cine se hace con varias personas, al momento de decir “acción, debes entender que eres la persona más solitaria del mundo, y que un punto referencial es darte cuenta de dos elementos: tiempo y espacio, y que se ha abusado de los close ups y se han olvidado de esos planos largos, que a mí me encantan”.

Música y más música

La expresión sonora es inherente en este festival, en el que estrellas y estudiantes vivieron la noche del viernes una de las más prendidas del encuentro con la presentación de una big band de dimensiones explosivas. Nos referimos a la de Dejan Petrovic, trompetista heredero del maestro Mica, originarios de Uzice, no lejos de este lugar, quienes son muy reconocidos por estos lares.

Ante un auditorio repleto que de día es la sala más grande del festival, el conjunto de metales ofreció dos horas y media de concierto, el cual terminó alrededor de las tres de la mañana. Brincos, gritos y baile fueron el contexto de la presentación de Dejan, quien ejecuta su instrumento desde los seis años de edad.