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La delegación Venustiano Carranza dedica ceremonia al grabador

En homenaje, recuerdan el trabajo de Posada en el taller de Antonio Vanegas
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de enero de 2013, p. 5

Desde su muerte, José Guadalupe Posada está más vivo que nunca, afirmó Ángel Cedeño Vanegas, bisnieto del impresor Antonio Vanegas Arroyo, en cuyo taller trabajó durante varias décadas el pintor y caricaturista mexicano reconocido en el mundo por el grabado de La Catrina, llamada originalmente La Garbancera.

Este domingo se conmemora el centenario de la muerte de Posada, nacido en Aguascalientes en 1852; con ese motivo se realizó en la delegación Venustiano Carranza una ceremonia para rendir homenaje al grabador. Asimismo, en dicho contexto se inauguró la muestra José Guadalupe Posada en la Imprenta Popular de Antonio Vanegas Arroyo, con 25 hojas volantes originales, donde se presenta su tema más popular: las calaveras. A la ceremonia asistieron doña Irma Vanegas y sus hijos Ángel y Raúl Cedeño Vanegas, familiares de don Antonio.

Nos reúne la conmemoración de los 100 años del fallecimiento de Posada, pero habría que tomarlo por el lado contrario: a partir de su muerte ha estado más vivo que nunca, ha seguido viviendo a lo largo de estos años a través de su obra y de la obra que publicó con Antonio Vanegas Arroyo, expresó Ángel Cedeño, quien trazó una breve biografía de Posada, cuyo oficio gráfico comenzó a aprender en la adolescencia en su natal Aguascalientes, después en León y finalmente en la ciudad de México.

“Aquí se encontró con el taller de Antonio Vanegas, donde trabajaba como grabador Manuel Manilla, quien era el encargado del taller de litografía y grabado, del cual se hizo cargo, e ilustraba oraciones, leyendas, horóscopos, sucesos. Las hojas se distribuían en el país y el sur de Estados Unidos.

Cuando llegó a la ciudad de México, Posada ya traía toda una historia dentro del grabado; aquí desarrolla todo su potencial, y comienza a trabajar sólo el grabado en plomo, deja de trabajar aquí la madera y hace poca litografía. Principalmente trabaja el grabado en metal de plomo, después inventa una forma de grabar más rápido, la zincografía (grabar en metal de zinc), por lo cual hay miles de grabados, como se constata en todas las publicaciones que Vanegas Arroyo distribuía: cuentos para niños, teatro infantil, las calaveras, oraciones a vírgenes y santos, y toda la parte de recetas de cocina, cuentos, o ejemplos de bordado. Todo ese material que ilustró Posada, Vanegas lo publicó.

Ángel Cedeño sostuvo que la relación entre Posada y Vanegas fue siempre de amistad y sin problemas. Fue una relación cordial desde que se conocieron, hasta donde sabemos. Lo digo porque después, cuando en los años 20 descubren a Posada y empiezan a dar importancia al arte popular, hubo quien dijo que Vanegas explotaba a Posada, que se enriqueció a costas de él, y no fue así; ellos siempre tuvieron una relación de amistad hasta su muerte”.