jornada


letraese

Número 198
Jueves 3 de Enero
de 2013



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate




Bruno Bimbi

Matrimonio gay en Argentina

Bruno Bimbi, activista, docente y periodista argentino, fue un actor importante para la aprobación de la ley de matrimonio igualitario en Argentina, que desde 2010 permite a parejas del mismo sexo unirse legalmente, gozar de los mismos derechos y obligaciones que tienen las parejas heterosexuales, como la adopción y la seguridad social.
En  los tres años y medio que duró el proceso, Bimbi fue un atento observador de todo lo que se dijo desde los diferentes actores políticos y sociales que opinaron en torno a la propuesta. Esa experiencia la relata minuciosamente en las 600 páginas del libro  Matrimonio igualitario. Intrigas, tensiones y secretos en el camino hacia la ley (Planeta, 2010), donde cuenta la historia del proceso político y social que permitió la conquista de ese derecho en su país.
Con el propósito de compartir de viva voz tal suceso, el pasado mes de octubre impartió una ponencia magistral en el diplomado “Teoría y práctica de las organizaciones civiles con trabajo en disidencia sexual y VIH/sida”, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), en donde se refirió también a los avances legislativos de la ciudad de México que permiten el acceso a derechos hacia la población LGBT: “estos avances en Argentina y la ciudad de México, sientan el precedente de que la sociedad civil puede generar una transformación radical en la legislación, que mueva las estructuras desde dentro del poder político”.

Para el caso argentino, Bimbi explicó:
El proceso fue sinuoso, complicado y en algunos momentos los ánimos decayeron, no solamente por las acciones de los grupos de poder político y religioso, que sin duda actuaron de acuerdo a sus convicciones ideológicas y defendieron lo que para ellos era correcto. Los grupos conservadores hicieron todo lo posible para que la ley no se aprobara. No obstante, uno de los problemas con los que tuvimos que lidiar fue con los grupos del movimiento LGBT que se opusieron a la propuesta, que al no ser protagonistas de la misma, obstaculizaron con opiniones en contra en los medios.

No obstante, al final logran un gran consenso… 
Sí, la verdad es que los grupos que se oponían se fueron reduciendo. Días antes de la aprobación de la ley más de 250 organizaciones LGBT de todo el país apoyaban. Y no solamente eso, sino que otros sectores sociales muy reconocidos como las madres y abuelas de la Plaza de Mayo, centrales sindicales, gremios magisteriales y académicos, organizaciones estudiantiles y de los más diversos movimientos, se pronunciaron a favor de la propuesta. La iglesia y los grupos conservadores se vieron disminuidos frente a una gran mayoría de voces que se pronunciaron a favor.

Los principales activistas que promovieron la propuesta pertenecen a diversos movimientos políticos. De hecho, están identificados con partidos contrarios. ¿Cómo lograron ponerse de acuerdo?
 Yo creo que se debió a que hubo liderazgos positivos que lograron poner en el centro de la discusión objetivos comunes. Pienso que María Rachid y Esteban Paulón de la Federación Argentina de gays y lesbianas (FALG) lograron construir consensos desde la diferencia, pues en el terreno partidista pertenecen a diferentes partidos y dejaron sus filiaciones políticas para privilegiar una propuesta de un movimiento que al interior es muy diverso, de hecho, políticamente.

Fue un  reto enorme, me imagino.
Sí. Tuvimos que romper con nuestros propios prejuicios y dejamos de hablar solamente con nuestros amigos. Entendimos que las preferencias partidarias no podían estar por encima de la propuesta ni que el movimiento se “vendiera” con un partido, aunque éste fuera de izquierda, pues los derechos de las personas no pueden responder a preferencias políticas y deben anteponerse a la ideología de los partidos. En varias ocasiones se hicieron estrategias entre miembros de la Federación de diversos partidos para hacer que sus diputados se pronunciaran a favor de la propuesta. Y sí funcionó. 

De hecho, legisladores conservadores votaron a favor de la propuesta… ¿cómo lo lograron?
¡Claro! y es ahí donde la Federación y todos los involucrados en promover la ley tuvimos que platicar con todos los partidos, aun aquellos que sabemos votarían en contra. Conseguimos que el 40 por ciento del partido opositor (de derecha) votara a favor, y que el alcalde de Argentina, histórico líder de la derecha, se pronunciara a favor e hiciera un spot en pleno proceso de discusión, apoyando el acceso a derechos de personas LGBT. 

¿Qué papel jugó la presidenta Cristina Fernández para que se aprobara la ley?
Fue muy importante lo que ella aportó. No solamente contamos con su apoyo moral, sino a nivel de estrategia, en el momento definitivo de la votación en el senado, se llevó a una gira a China a tres senadoras conservadoras que votarían en contra. Ellas eran el fiel de la balanza y no estuvieron gracias a esa estrategia fraguada desde el gobierno. Y cuando se ratificó la ley fue sin duda un día histórico en el que la presidenta dio un mensaje honesto.

¿Por qué?
Pues solo hay que recordar la escena: ministros, jueces, funcionarios públicos, algunos embajadores, invitados especiales, decenas de activistas de diversos movimientos sociales;  desde luego muchas personas de las organizaciones LGBT, todos juntos en el salón de los Patriotas Latinoamericanos en La Casa Rosada, con una presidente mujer, que pronunció un  discurso por demás emotivo, político, sentido, sincero. A muchos se nos salieron las lágrimas. También la presidenta derramó lágrimas de emoción.

¿Qué papel jugaron los medios de comunicación en todo el proceso?
Fue fundamental el papel de los medios y la gran mayoría apoyaron la campaña que emprendió la FALG sobre matrimonio igualitario. Desde luego hubo algunos medios conservadores que no apoyaron, pero la gran mayoría tuvieron una postura abierta: indagaron, dieron espacio a los activistas para deliberar públicamente.

¿A qué se debió esa apertura?
Creo que el éxito consistió en que se hizo una buena estrategia de comunicación desde la Federación. Siempre hubo información fresca, fidedigna desde la Federación, lo que permitió que los medios estuvieran bien informados todo el tiempo. Y siempre hubo alguien dispuesto a polemizar con argumentos en el espacio que lo requiriera.

¿Después de la aprobación de la ley de matrimonio igualitario en Argentina qué ha sucedido en tu país?
Se percibe un logro compartido. Fue una conquista transversal que involucró, no solamente al movimiento LGBT, sino a la sociedad en su conjunto. El proceso de discusión de la ley permitió que los grupos LGBT tuvieran un protagonismo en la opinión pública sobre temas antes no abordados. Mucha gente se identificó con los argumentos que se expusieron, sin que necesariamente fueran gays, lesbianas o trans. Surgieron nuevos liderazgos que le están dando visibilidad a un sector antes no tomado en cuenta. Se observa un discurso más propositivo que victimista. Están cambiando las cosas para bien, aunque hay mucho por transformar aún, ya que una cosa son las leyes y otra lo que sucede en el día a día de las personas.

¿Qué le aporta a América Latina la experiencia argentina?
Creo que se discutieron muchos aspectos que pueden ser perfectamente homologables a muchos países de nuestro continente, pues compartimos un mismo idioma, una historia común, una religión, procesos sociales y políticos similares. En ese sentido tanto Argentina como la ciudad de México abonan argumentos sólidos para dar el gran paso en cada país. Y en cuanto a la lucha social, creo que la experiencia del colectivo LGBT en este acceso a derechos negados, sirvió como un referente para otras luchas sociales, pues sin poder político ni económico, un grupo reducido de personas logramos un cambio paradigmático en política social, moviendo las estructuras legales en favor de un sector específico. (Antonio Medina Trejo)


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