Manny Pacquiao contrajo sus músculos mientras caía inconsciente, recuerda Ignacio Beristáin, mánager de Juan Manuel Márquez y artífice de su carrera. Cayó con los brazos encogidos sobre su pecho –prosigue– y su rostro se estrelló frontalmente contra la lona. El cuerpo quedó rígido. Esa imagen, repetida de forma insistente desde el sábado, no provocó horror en el veterano entrenador, el único en México que se encuentra en el Salón de la Fama del Boxeo.

A mí en el boxeo nada me espanta, ataja Beristáin con la voz cansada, después de intensos días de euforia que siguieron con la victoria de Dinamita. Este deporte es así, brutal y dramático, agrega quien ha visto tantas contiendas de título mundial y desenlaces tan crudos que asegura ya nada le sorprende.

Sin embargo, este combate será recordado como uno de los más brutales en la historia del boxeo, fue uno de los más dramáticos que se hayan visto, por la forma en que cayó Pacquiao, porque no reaccionaba, porque tenía el cuerpo rígido.

Aunque afirma que el espanto no fue el sentimiento que lo embargó tras el nocaut, admite que ver a un peleador en esas condiciones lamentables sí lo movió a la preocupación. Luego del estallido de entusiasmo sobrevino la angustia por Pacquiao. No sólo en el equipo del filipino había expectativa, sino incluso Beristáin, Márquez y su equipo estaban pendientes de que volviera en sí.

Sí temí por la vida de Pacquiao, porque más allá de que sea un rival es ante todo un ser humano, uno estupendo, y además es el mejor libra por libra, comenta.

El boxeo es espeluznante, en él ocurren dramas insignificantes, pero también grandes dramas, porque no existe otro deporte que sea tan brutal como este.

Aunque el golpe que fulminó a Pacman fue demoledor, Beristáin piensa que no puede ser determinante para retirarlo. Al final, considera, eso será una decisión muy personal, y tal parece que no es el camino del filipino. Apenas un día después declaró que no quería irse.

Del futuro de Márquez no dice una palabra, porque no sabe lo que pasa por la mente del púgil. De lo que sí está convencido es de que su pupilo devolvió el prestigio al boxeo mexicano, “que se había dilapidado en varias peleas recientes.

Creo que el boxeo, según el pulso de los grandes promotores, está regresando a las grandes ligas, dice el mánager.

Cuando Dinamita Márquez fue declarado vencedor por nocaut en ese cuarto combate, dedicó la victoria al presidente de México, Enrique Peña Nieto, lo que provocó reacciones adversas en algunos sectores. Para Beristáin dicha postura no debe ser juzgada.

Es su opinión personal y nadie debe pensar por él, defiende, aunque matiza: Algunos no comulgamos con ese partido (PRI), pero eso no debe movernos a juzgarlo, yo soy muy ajeno a ese tema, no comulgo con ese partido ni con la política en general.

Se espera que el jueves el presidente reciba a Márquez, como homenaje por el éxito de su pelea. El púgil llegó la madrugada del martes en un vuelo privado, acompañado de su equipo de trabajo y del futbolista Cuauhtémoc Blanco.