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El ex púgil considera que el tiempo vence a los deportistas

Nadie se retira cuando está en la gloria, dice Daniel Zaragoza
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de noviembre de 2012, p. a15

En 1997 un jovencito llamado Érik Terrible Morales noqueó al entonces campeón mundial supergallo, Daniel Zaragoza. Un poderoso golpe al abdomen mandó a la lona al púgil de 40 años de edad. El nuevo monarca fue alzado en hombros; era el despegue de una de las carreras más gloriosas del boxeo mexicano. Fundido en su esquina, el perdedor resoplaba y clavaba la vista al piso; ese fue el final de la carrera de Zaragoza.

Ese jovencito, ahora de 36 años, fue noqueado violentamente por un peleador en ascenso, Danny García, quien de un golpe acabó con la carrera y las aspiraciones del Terrible.

Zaragoza observó el combate, pero no vio a un ex campeón arruinado que volvió sólo para caer derrotado por el tiempo, sino a un verdadero guerrero, que como tal perdió de cara al Sol.

Sentí mucho orgullo al verlo pelear por más gloria, porque es uno de los cinco mejores boxeadores mexicanos, dice Zaragoza. Perdió motivado por las mismas razones que lo llevaron a ganar tantas batallas, agrega.

Morales sucumbió tras un fulminante gancho en la mandíbula que lo hizo girar sobre su eje y caer desmadejado con medio cuerpo fuera de las cuerdas. Pero a Zaragoza ese final no le parece triste ni vergonzoso; por el contrario, considera que es parte del ciclo de vida de un boxeador que ha alcanzado la gloria.

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El ahora mánager Daniel Zaragoza elogió a Terrible Morales, quien perdió como todo un guerreroFoto Marco Peláez

Es el reflejo de la vida, como se vive, se muere, y punto, dice. Nadie se retira cuando está en la gloria, sino hasta que es derrotado, precisa. Tampoco nadie puede criticar las razones por las que un veterano insiste en seguir, porque nadie conoce sus motivaciones; lo digo por experiencia.

Zaragoza recuerda que a pesar de que estaba a punto de alcanzar los 40 años venció a peleadores que tenían la mitad de su edad, hasta que llegó el Terrible.

Pude retirarme como campeón, en plenitud de facultades, pero si no hubiera enfrentado a Morales no habría podido ganar la bolsa con la que aseguré mi futuro y el de mi familia.

Acepta que sería ideal retirarse sin verse abatido, pero inmediatamente responde que eso no es posible: los verdaderos guerreros siempre están movidos por una pulsión incontrolable, porque quieren gloria, dinero o simplemente ser noticia.

Retirarse como campeón es lo ideal, pero eso sólo ocurre en las historias de ficción, porque la realidad es muy distinta.

Acerca de Rafael Márquez indica que debe analizar si le llegó la curva del declive definitivo. Debemos platicar si puede seguir o será el momento del retiro, reconoce. Es el tiempo el que vence a los deportistas, el tiempo que no perdona.