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Sería uno de los cambios más importantes en 40 años: Flores Valdés

Un sistema de evaluación de la ciencia transformaría a México
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Jorge Flores ValdésFoto Latitudes Press
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de noviembre de 2012, p. 3

Si se decide formar un sistema nacional de evaluación con carácter autónomo, como recomienda la más reciente propuesta de la comunidad científica, sería el tercer cambio más importante en la estructura del sector en los pasados 40 años, luego de la creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), aseguró Jorge Flores Valdés, uno de los autores del documento Hacia una agenda en ciencia, tecnología e innovación.

El sistema de evaluación propuesto sería un mecanismo que podría cambiar a México, ya que la evaluación dirige y orienta, dijo Flores Valdés, miembro titular de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) e investigador emérito del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Instituciones y políticas públicas

Explicó que permitiría, como ocurre en otros países que tienen dichos órganos autónomos, valorar las instituciones y las políticas públicas en el sector.

Esto es fantástico porque, por ejemplo, en Inglaterra esos órganos hacen además recomendaciones sobre el presupuesto, incluyendo a las universidades de prestigio, como las de Oxford y Cambrige. En Francia, se evalúa al Consejo Nacional de la Investigación Científica, una de las organizaciones del ramo más grandes del mundo. Las recomendaciones han conducido incluso a cerrar centros que no alcanzan calificación o no han producido nada, expuso el actual coordinador general del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.

Indicó que a lo anterior habría que agregar que en el caso de Inglaterra, se otorga un presupuesto multianual –que es una solicitud reiterada de las universidades mexicanas–, el cual no se deja en la indefinición cada año, a la deriva o al gusto de algún funcionario.

Sobre la propuesta de elevar la inversión en ciencia al uno por ciento del producto interno bruto (PIB), coincidió con el José Narro, rector de la UNAM, en señalar que los legisladores no deberían perder la oportunidad de pasar a la historia. El 0.1 por ciento de aumento gradual es razonable y se puede utilizar muy bien, sobre todo para que los jóvenes doctores mexicanos tengan empleo.

Flores Valdés sostuvo que con el incremento gradual de ese porcentaje se podrían llevar a cabo varias acciones necesarias, algunas previstas en el documento, como: 1) aumentar la población del posgrado mediante becas; 2) crear por lo menos tres centros de investigación cada año para producir más doctores que luego se podrán absorber y con ello evitar la fuga de cerebros, o que deserten de la ciencia; 3) un incremento en el número de integrantes mexicanos en el SNI, para llegar a 30 o 32 mil –un tercio más de los que actualmente existen, y 4) crear laboratorios nacionales, con fuerte inversión, que den servicio a gran cantidad de instituciones de todo el país.

Problemas estructurales

Respecto de la propuesta de crear una nueva secretaría, Jorge Flores explicó que durante la elaboración de la agenda no se logró un acuerdo unánime acerca de sus características. “Hubo gente que proponía que fuera la secretaría de ciencia, tecnología e innovación, que sería la de más fácil realización. Sin embargo, hubo otro grupo que sugería se le agregara ES (Educación Superior), lo que sería muy bueno. Yo estaba por esta opción, pero entiendo que hay problemas de carácter político y estructural para hacer esa secretaría”.

Flores Valdés, Premio Nacional de Ciencias y Artes 1994, señaló que la inclusión de la educación superior en una nueva secretaría de Estado modificaría al sistema educativo en México de manera radical, aunque la educación básica y media superior se quedaría en manos de un sindicato que todos conocemos.