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Depende de productores independientes, por obsolescencia de su equipo: informe de 2011

La CFE sólo genera la mitad de la energía que vende y su pasivo total es creciente

Expertos señalan que de mantenerse el desequilibrio la empresa está condenada a la quiebra

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En imagen de archivo, vecinos de los Pedregales protestan frente a las instalaciones de la CFE, por los indiscriminados cortes de energía eléctrica en esa zonaFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Martes 9 de octubre de 2012, p. 24

En el año reciente, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) adquirió de los productores independientes de energía el equivalente a casi 50 por ciento (48.5%) de la generación bruta de energía, según revela el Informe Anual de la Paraestatal 2011.

Esta estrategia de mayor participación de los particulares en la generación de electricidad ha sido acompañada de un crecimiento exponencial del pasivo total de la compañía eléctrica nacional, minusvalías en su patrimonio y pérdidas financieras acumuladas en los que va del sexenio de unos 46 mil millones de pesos, según los informes oficiales.

Algunos expertos consideran que de mantenerse esta tendencia, con la actual estructura de tarifas, la CFE esta condenada a la quiebra debido a que los costos son mayores a los ingresos de la autodenominada Empresa de clase mundial.

De acuerdo con el último informe anual de la CFE, en 2011 el total de la generación bruta de energía fue de 173 mil 626 Gigavatioshora (gvh), de los cuales las aportaciones de los productores independientes de energía a la red eléctrica de la CFE ascendieron a 84 mil 257 gvh.

La generación bruta de energía es entendida como el monto de energía eléctrica producida y medida en las terminales de salida de todos los equipos de las estaciones, incluyendo la que utilizan las estaciones auxiliares y las pérdidas en transformadores, considerados como parte integral de las estaciones.

Los informes oficiales señalan que en lo que va de la administración del presidente Felipe Calderón, el deterioro de la empresa ha sido constante. Por ejemplo, en 2007, primer año de la actual gestión gubernamental, el pasivo total de la empresa era de 386 mil 600 millones de pesos, y para el primer trimestre del 2012 ascendió a 849 mil 467 millones de pesos, lo que significa un aumento de 120 por ciento en apenas seis años.

Por otro lado, el patrimonio de la Empresa de clase mundial se redujo en el mismo lapso al descender de 377 mil 400 millones de pesos en 2007 a 118 mil 256 millones en la primera mitad de 2012, lo que significa que el valor actual de la empresa equivale apenas a 31.4 por ciento de lo que valía en 2007. Esto se origina principalmente como consecuencia de la pérdida operativa y de la mayor carga financiera por intereses y pérdidas cambiarias, asi como por la insuficiencia tarifaria.

Adicionalmente, la empresa registra recurrentes pérdidas. Por ejemplo, en 2007 sufrió una pérdida financiera de 7 mil 500 millones de pesos, en 2008 fue de 19 mil 500 millones, en 2009 obtuvo una ganancia de mil 200 millones, en 2010 también registró una marginal ganancia de 800 millones, en 2011 volvió a tener pérdidas, ahora de 17 mil 200 millones, y en el primer semestre de 2012 acumula una pérdida de mil 894 millones de pesos.

Entre los argumentos oficiales para seguir privilegiando la generación eléctrica a través de los particulares es que es más barato comprarles la energía eléctrica que generarla con las plantas propias debido a su obsolescencia.

Esta tesis fue comprobada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en los resultados de la última auditoría realizada a la CFE en el ejercicio 2010, en la que comprobó que el costo unitario promedio anual (que incluye únicamente cargos variables) de la energía eléctrica producida en las centrales ciclo combinado de los Productores Independientes de Energía (PIE) fue 29 por ciento por abajo de los precios de la CFE, por la obsolescencia de sus plantas.

En un documento titulado: Retos y posibles soluciones para el sector energético mexicano, divulgado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señala que el problema toral de la industria eléctrica mexicana está centrado en la falta de transparencia de su estructura organizacional y de toma de decisiones, lo que se traduce en un alto grado de discrecionalidad.