Cuando el argentino Mariano Pavone firmó contrato con Cruz Azul, lo primero que me dijeron fue que había que ganarle al América. Y Néstor Araujo, quien entró a las fuerzas básicas celestes, señaló: nos indicaron que este es un partido que no se debe perder.

Sobre esa base, canteranos y recién llegados enfrentarán el dicho clásico joven en el estadio Azul. Estos partidos se juegan a muerte, define Araujo.

Pavone es un veterano de los derbis. En su país vivió el Boca-River Plate y otros como Estudiantes-Gimnasia y Lanus-Banfield, mientras en España conoció la rivalidad entre Sevilla y Betis.

“Cada uno tiene su magia. Ante América será mi primer clásico oficial aquí –estuvo en un amistoso y anotó– y hay que dejarlo todo y correr los 90 minutos. A veces, cuando el futbol no basta, se gana con la actitud”, resalta.

Sabe que el único resultado posible en estos juegos es la victoria. Y más en el caso de los Cementeros, que no han obtenido el triunfo en su casa luego de tres partidos.

Queremos dar alegría a nuestra gente, a la directiva, a nosotros mismos y también será importante para obtener un envión anímico rumbo a la segunda parte del torneo, observó, y aclaró que una posible derrota sería un mazazo importante.

Pavone informó que su compatriota Christian Giménez realizó ayer una parte del entrenamiento junto con el equipo, pero después salió para hacer su tarea en forma individual, así que confía en que esté en condiciones de enfrentar a las Águilas.

Los boletos para el partido de este sábado se agotaron en Ticketmaster después de una hora con 50 minutos de ponerlos a la venta.