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Sentencian en ausencia a Tarek Hashemi, vicepresidente sunita iraquí, a la pena de muerte

Más de 80 muertos y 400 heridos deja ola de atentados en Irak

La violencia en el país petrolero ha dejado al menos 118 decesos en lo que va del mes

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Devastación tras el estallido de un coche bomba en Kirkuk, 290 kilómetros al norte de BagdadFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de septiembre de 2012, p. 36

Bagdad, 9 de septiembre. Al menos 88 personas murieron y más de 400 resultaron heridas hoy en varios atentados perpetrados en Irak, incluido un bombazo cerca de un consulado francés y otro en la sede de la compañía petrolera pública iraquí North Oil. Con estos ataques la cifra de decesos por la violencia en lo que va del mes llegó a 118. En tanto, el vicepresidente Tarek Hashemi, sunita, fue condenado a muerte en ausencia, acusado de haber encargado dos asesinatos, acusasiones que niega.

En Nasiriya, en el sur de Bagdad, una bomba colocada en un coche estacionado cerca del consulado de Francia estalló hacia las 9 horas (local), según una fuente diplomática francesa. El cónsul honorario no se encontraba en el lugar. Una persona murió y otra resultó herida.

Francia condenó con la mayor firmeza los atentados en varias ciudades de Irak y en especial el cometido contra el consulado honorario en Nasiriya, indicó la cancillería francesa en un comunicado.

En la misma ciudad, un atentado con coche bomba frente a un hotel provocó dos muertos y varios heridos, informaron los servicios de seguridad.

Un mercado, el blanco con más víctimas

El atentado más mortífero ocurrió en un mercado cerca del mausoleo del imán chiíta Alí Sharki, también en el sur del país, donde estallaron dos coches bomba.

El primero hizo explosión en el mercado cuando estaba abarrotado de gente y el segundo cuando llegaron los equipos de auxilio. Al menos 14 personas fallecieron y 60 resultaron lesionadas, según los servicios sanitarios de la provincia de Mesena.

En Bagdad, la capital iraquí, cinco atentados con coche bomba dejaron al menos 32 muertos; 13 decesos ocurrieron en el bastión chiíta de Ciudad Sadr. Los ataques dejaron también 102 heridos.

El sábado por la noche, hombres armados abrieron fuego contra un retén militar cerca de Balad, al norte de Bagdad. En cuanto llegaron refuerzos al lugar estalló una bomba colocada a la orilla de la carretera.

En total 11 soldados perdieron la vida y ocho resultaron heridos, según fuentes médicas.

En las primeras horas de este domingo una bomba estalló cerca de Kirkuk, en el norte del país, en el estacionamiento de la sede de la empresa petrolera pública iraquí North Oil. El saldo fue de siete muertos y 17 heridos, de acuerdo con un oficial de la policía y un doctor de un hospital cercano.

Las víctimas esperaban en el estacionamiento con la esperanza de ser contratadas en la unidad de protección de las instalaciones de la compañía.

El centro de la norteña localidad de Kirkuk también fue escenario de dos atentados que causaron tres muertos y más de 70 heridos, informó la policía.

Coches y edificios de las autoridades provinciales fueron alcanzados por los estallidos. Las calles de la localidad estaban desiertas.

La ciudad forma parte de una franja territorial de 650 kilómetros que se disputan Bagdad y la región autónoma de Kurdistán.

Hasta el cierre de esta edición la oleada de atentados no fue reivindicada, pero la red Al Qaeda en Irak afirmó recientemente que quería reconquistar el territorio perdido.

También hubo ataques en el oeste de Kirkuk, Tuz Jurmatu, Tal Afar, Samarra, Taji y Baquba.

En Basora, la gran ciudad del sur del país, que no suele verse golpeada por la violencia, hubo tres muertos y al menos 20 heridos al estallar un coche bomba.

En tanto, un tribunal en Bagdad condenó a muerte al vicepresidente iraquí, Tariq Hashimi, por terrorismo.

Hashimi abandonó el país antes de que iniciara el juicio, el pasado 3 de mayo, y se desconoce su paradero. El funcionario fue acusado de liderar un escuadrón de la muerte y de estar involucrado en el asesinato de un abogado y varios miembros de los servicios de seguridad.

Hashimi, el sunita con mayor cargo en el país, negó las acusaciones y denunció un complot político del gobierno chiíta del primer ministro, Nuri Maliki.

Hashimi buscó refugio en la región semiautónoma kurda del norte de Irak en diciembre pasado, después que se decretó una orden de arresto en su contra. Según informaciones no confirmadas, habría huido después a Turquía y Qatar.

No quedó claro si Hashimi ha sido sometido a algún proceso para su destitución como vicepresidente, y todas las agencias de prensa internacionales se refieron a él como vicepresidente.