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Con el lema El arte también salva, ofrece junto con Emiliano Gironella talleres a niños

Ante la crisis total en México, los artistas tenemos que dar una respuesta inmediata: Carmen Parra

Ella con enfoque ecologista, y él dirigido a huérfanos de policías o militares caídos en servicio

Foto
Muestra de algunos participantes en la nueva faceta de El Aire Centro de ArteFoto cortesía Carmen Parra
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de agosto de 2012, p. 6

Con el lema de El arte también salva, El Aire Centro de Arte da a conocer una nueva faceta de su quehacer, es decir, los talleres que realizan sus integrantes, los pintores Carmen Parra y Emiliano Gironella, en favor de la niñez. La primera desde el enfoque de la ecología, y el segundo, uno dirigido a niños vulnerables, en específico, huérfanos de policías o militares caídos en servicio contra la violencia.

De acuerdo con Parra, la impartición de talleres es una reacción de conciencia ante los problemas contemporáneos y, por tanto, de los niños en el mundo que hemos creado. La democracia no es nada más ir a votar, sino tener una responsabilidad personal ante un grupo social. Expresa que en este momento de crisis global, total, en México los artistas tenemos que dar una respuesta inmediata. De allí que ahorita nuestro trabajo está enfocado muchísimo al problema de los niños.

Gironella, por su parte, atribuye el desinterés de los artistas por lo que pasa, a que éstos están absorbidos por querer pertenecer a un mercado global, en vez de poner su granito de arena en una restructuración social. Los mercados han sido la manzana de la discordia. En este lenguaje de globalización todos quieren pertenecer a los grandes mercados y a las galerías. Hay ciertos artistas miserabilidistas que se aprovechan de la miseria para generar su trabajo, sin dar ninguna contraprestación. Lo nuestro consiste en trabajar directamente con lo que queda, que son los niños.

La veta ecologista de la obra de Parra se deja ver en sus series en torno a la mariposa monarca y al águila real, por ejemplo. En la costa de Guerrero, en el municipio de la Unión, Parra trabaja un proyecto con niños para una concientización ecológica sobre las tortugas. Acaba de realizar un taller de dos semanas en el pueblo agrícola siciliano de Valelunga Pratameno, con el título Abrazar a los árboles. Visitante asidua de la isla de Sicilia, Parra quiso dar el taller como gesto de agradecimiento por la hospitalidad recibida.

Explica: En esta educación occidental que tenemos, los árboles estorban, porque producen basura, entonces, los cortan. En lugar de adorarlos y cuidarlos, hay una pasión por el cemento que es la religión contemporánea. Hay que educar a la gente en el sentido de que el árbol es un bien necesario y que tiene que ver con todos los problemas de la ecología.

Para el taller, Parra trabajó con un libro de un especialista en árboles de Sicilia. Se inscribieron 50 personas, de los cuatro a los 50 años, todas mujeres, menos tres niños. Involucré a toda la comunidad, que nunca en su vida había soñado que una pintora de México fuera y les diera un curso, acota.

Gironella, quien ha trabajado con la Fundación Cadavieco, con niñas en estado de vulnerabilidad, y la Fundación Barrilito, con niños indígenas, reitera que el arte ayuda a restaurar el tejido social y ahorita hay un gran rompimiento. Su más reciente proyecto se llama Arte manos, y es con niños huérfanos de la Secretaría de Seguridad Pública, del cual este año se editará un libro.

Manchadas de pintura

Al respecto, comenta que le gusta mucho trabajar con los hijos de policías, porque éstos últimos en el discurso oficial ni siquiera son tomados como víctimas. Su idea es vender en subastas la obra producida –a veces la hace al alimón con los niños–, para financiar nuevos talleres. En el texto que escribió para el libro, el crítico de arte español Pablo J. Rico anota que contrario a los asesinos de sus padres que tienen las manos manchadas de sangre, éstos niños las tienen manchadas de pintura.

Son manos pintadas que saludan, alzan sus palmas abiertas hacia las constelaciones donde habitan nuestros sueños y anhelos, aireándolas, reconvertidas en cometas y papalotes de piel pintada.

Dada su experiencia de varios años, ahora Parra y Gironella quieren institucionalizar la impartición de talleres, para que se puedan hacer en cualquier parte del mundo.