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	 Ricardo Venegas 
          [email protected] 
	
	Para acercarse a Walter Benjamin
	Para el  sabio doctor Salvador Cruz, in memoriam 
    
  
      
      Walter Benjamin. 
      Foto: historiacomprometida.blogspot | 
   
 
    
    
    En 2011, el crítico y académico Evodio Escalante impartió  una cátedra sobre Walter Benjamin en la Universidad Autónoma Metropolitana;  producto de ello fue la publicación de un esclarecedor volumen que completa el afán de  analizar  y difundir el pensamiento del autor. Al leer Aproximaciones a Walter  Benjamin (Mambrín Editorial, 2012), ese filósofo marxista y escritor nacido en Berlín en 1882 –y muerto por mano propia en  1940– que se autodefinió a sí mismo como un  “liberal de izquierdas”, es ineludible mirar la actualidad que rememora una parte importante de las ideas de Benjamin, por ejemplo, la de la  recuperación de la historia de los oprimidos,  que por estrategia de los vencedores  se oculta para reivindicar y perpetuar  el poder; el olvido como arma que permite la desaparición de todo referente,  para lo cual Benjamin propone la anulación del tiempo, dar un stop al continuum de la historia para  vincular el presente con el  pasado y observar lo que nos han ocultado. ¿Qué haríamos si no tuviéramos  memoria de los fraudes electorales en México? En el ensayo de su autoría,  Israel Ramírez acota: “Para Benjamin existe una encrucijada inminente entre las  generaciones pasadas y la actualidad, lo que implicaría una condición colectiva  de liberación que nos viene exigida por los olvidados del pasado.” 
    
    Por su parte, Diana Verónica Olivos nos permite descubrir la cercanía de  Benjamin con la vanguardia del surrealismo y la esperanza del pensador alemán  de que el cine sería un modificador del hombre, y esta es una de las  preocupaciones mayores de la autora: “hasta qué punto el cine limita en la  actualidad sus funciones, por exigencia de las masas, para fungir como un  simple distractor, y de qué manera esta función contribuye al sometimiento de  éstas por parte de los gobiernos, realidad a la que se oponía Benjamin”.  Alexander Romero, desde otro ángulo, advierte  que “el arte se emancipa del sueño individual, el delirio solitario e  inconmensurable de realidad, para dar lugar al cine: un arte que también es un  sueño, pero uno colectivo y reproducible”.  
    En los terrenos de la “iluminación profana”, la cual es imprescindible en  Benjamin para dar pie a las transformaciones revolucionarias, Temok afirma: “  al conjugar el aprender con los hechos, en la praxis vital, ejercemos una  iluminación profana”.   
    La vigencia del pensamiento benjaminiano es contundente cuando se habla  de automatismo y de un sistema opresor, como Aliosha Lailson lo remarca al  abordar el despertar revolucionario: “Es el progreso el peor enemigo del  oprimido, cada intento que hace por alcanzarlo lo aprisiona más y más.” 
    El  propio Evodio Escalante reafirma la necesidad de seguir estudiando al autor de Iluminaciones, pues  conceptos como “aura” no han agotado sus posibilidades, como tampoco las  profecías de uno de los mayores filósofos, que hoy regresa del pasado para  cuestionarnos el presente.  |