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Los equipos carecieron de claridad en el ataque y se entramparon en la mitad del campo

El saludo entre Hugo Sánchez y LaVolpe, lo sobresaliente del encuentro en Cancún

Tuzos y Potros regalan el peor empate de la fecha inaugural en la nueva liga MX

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El azulgrana Eugenio de la Torre desvía el balón ante el acoso de Raúl Tamudo, del PachucaFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Lunes 23 de julio de 2012, p. 3

Cancún, 22 de julio. Un partido enredado, opaco, como un galimatías de pelotazos en la primera fecha de la flamante liga MX fue lo que mostró el Pachuca en su visita al Atlante, que terminó con un insípido marcador en cero. Se trató de un simulacro o un ensayo, en un duelo atizado por la legendaria rivalidad y encono recíproco de dos técnicos que también debutaron: Hugo Sánchez en el banquillo tuzo y Ricardo LaVolpe en el timón de Potros.

Quizás esa fue la acción más atractiva del encuentro, cuando un cortés Pentapichichi extendió la mano a LaVolpe, quien devolvió el gesto como signo de los nuevos tiempos que dicen que corren en este torneo local.

La genuina curiosidad que despertó este partido, por los técnicos y los refuerzos que contrató el cuadro de Hidalgo –que lo convierten en uno de los favoritos de la temporada–, quedó en especulación, pues ambos equipos se encargaron de matar cualquier indicio de emoción.

Los Tuzos exhibieron un conjunto casi nuevo en su totalidad, aunque quizás por esa razón parecía un puñado de hombres con poca comunicación, con dificultades para hilvanar una salida con la pelota pegada a los pies.

El Atlante, por su parte, no parecía muy convencido de querer cambiar esa mala racha que está por cumplir un año: no ganar en su propia cancha. Así, la liga MX fue como un entrenamiento entre dos escuadras agotadas.

Para mala suerte del Pachuca, Raúl Tamudo –ex figura del Español de Barcelona– arruinó el que prácticamente iba a ser el primer gol de Néstor Calderón. Mauro Cejas entró por el carril derecho y en un pase asombroso el Avión descargó una volea destinada al arco, pero un resorte instintivo hizo saltar al jugador español, que desvió el tiro de su compañero. El instinto a veces es mal consejero y termina por estropear una buena intención.

Fuera de eso, no conseguían llegar con verdadero peligro; todo era un vaivén de esfuerzos inútiles en ambos equipos.

Diez minutos después Atlante hizo también su intento más serio. Tanto que merecía ser gol, pero la intervención del portero Rodolfo Cota salvó al equipo del Pentapichichi. En el cobro de un tiro libre Osvaldo Martínez disparó con tal potencia y dirección que parecía que nada iba a detener la trayectoria del fogonazo; no obstante el guardameta tuzo se lanzó de forma espectacular para apenas arañar el balón y sacar lo que parecía un gol.

Después la lucha se mantuvo en la media cancha. Todos liados por tratar de avanzar un tramo del campo, sin éxito ante lo desdibujado de las acciones. En esa confusión se marcharon al descanso.

Si en el primer tiempo Pachuca demostró un mínimo de control de la pelota, en la segunda parte se hizo más evidente su falta de argumentos ofensivos.

Tamudo dio ciertos destellos de su calidad, aunque fueron efímeros y muy espaciados. A veces pisó terreno enemigo, pero una vez que estuvo en zona decisiva algo se le atoró al español. Solo no parecía saber qué hacer; necesitaba compañeros para resolver con paredes o combinaciones que le permitieran hacer algún intento de peligro. Al minuto 70, cuando enfilaba sin titubear al área de Potros, un defensa apareció y frenó su arrebato.

El partido avanzó y de pronto aparecieron los primeros signos de preocupación en las bancas. Hugo Sánchez, con brazos en jarra, daba indicaciones y no ocultaba la desazón del rostro. Como si estuviera consciente de que el fuerte desembolso que hizo la directiva del Pachuca no estuviera reflejado en la cancha. Al equipo de Hidalgo le faltó movilidad y coherencia en las salidas.

LaVolpe, quien había estado discreto, de pronto se levantó de su asiento y empezó a reclamar al árbitro. Tampoco parecía satisfecho con lo que veía en su equipo.

El silbante Ricardo Arellano concedió cuatro minutos más de partido. Bien podría haberlo suspendido en ese momento y no pasaría nada. Si acaso hubo un viso de ambición en Óscar Rojas, del Atlante, quien se descolgó por la derecha; en la ansiedad de convertir cuando el tiempo parecía agotado, despachó un centro violento, imposible para Kikín Fonseca, quien por más esfuerzo que hizo no pudo sacar algo más que un remate extraviado hacia ninguna parte.

Al final del encuentro, Tamudo admitió que no jugaron muy bien y explicó que muchos futbolistas se han incorporado recientemente a los Tuzos. Hay que ir poco a poco, estamos sumando minutos, es complicado en un inicio de torneo, pero vamos a mejorar cada día, confió.

Creo que la falta de rodaje, de minutos de partidos, le ha pesado al equipo; no hemos jugado muy bien, pero el empate, para ser la primera fecha, es bueno, agregó.

Hugo Sánchez destacó el gesto con el que se acercó a LaVolpe: Estamos en una presentación y ojalá que todos nos involucremos; por tal motivo contribuimos.