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Ver día anteriorViernes 20 de julio de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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odos sonríen en la foto oficial tomada en Tokio con motivo de la reciente reunión de la comunidad internacional a fin de acordar una ayuda especial a Afganistán. Sobresale la sonrisa de la señora Hilary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos. Al gobierno afgano le darán 16 mil millones de dólares para programas de ayuda civil, pero condicionados a la lucha contra la corrupción y las drogas, mejora del aparato gubernamental, reformas en favor de las personas y elecciones libres en 2014 y 2015.

Mientras sonreían los representantes de las grandes potencias con intereses en ese país, un video en Internet mostraba cómo los talibanes afganos ejecutan a una mujer por adúltera. En un comunicado, los talibanes negaron estar involucrados en el asesinato como afirman las autoridades afganas. Lo atribuyeron a un conflicto tribal.

La verdad es que la joven, de 22 años, mantenía una relación con un comandante talibán. Sus camaradas la mataron para preservar la imagen de su comandante, aseguraron fuentes del gobierno. En el video se puede ver cómo, al grito de Alá es grande, un hombre le dispara varias veces a la mujer, que se halla cubierta con un burka. Luego se observa el júbilo de los lugareños que presenciaban la ejecución.

En 2010, otra mujer, Bibi Sanawbar, de 40 años, viuda y embarazada, fue ejecutada públicamente por un grupo de milicianos talibán, acusada de adulterio. A la mujer la obligaron a abortar antes de recibir 200 latigazos y ser ejecutada de tres disparos en la cabeza, informó la policía. Una corte talibán consideró a Bibi culpable al quedar embarazada tras tener una relación ilícita. La mujer fue detenida durante varios días por los talibanes antes de ser ejecutada sin que la policía interviniera.

En Afganistán existen tribunales para tratar ese tipo de sucesos y por ser una viuda no sentencian a muerte afirmó la presidenta de la Comisión Afgana independiente de Derechos Humanos, Sima Samar. Según la policía, la mujer asesinada mantenía una relación con un hombre con quien pretendía casarse, pero él la engañó y escapó a Irán.

Los talibán recurrieron a lapidaciones públicas y latigazos para castigar el sexo extramatrimonial durante su estancia en el poder entre 1996 y 2001. Once años después de la caída del régimen, el grupo, que presenta una resistencia cada vez más fuerte a las tropas extranjeras desplegadas en el país, sigue impartiendo justicia en las áreas bajo su control basada en su dura interpretación de las leyes islámicas. Los últimos años han matado a varias mujeres por adúlteras. A otras dos las decapitaron acusadas de administrar un burdel para soldados estadunidenses.

Se conceden apoyos al régimen afgano, cómplice del asesinato de mujeres. Y todos lo hacen sonrientes.