Al vetar la Ley General de Víctimas, el presidente Felipe Calderón parece estar jugando con el dolor de quienes han sufrido las consecuencias de su estrategia de seguridad pública, en una actitud totalmente alejada de la ética o la humanidad, y la única forma de anular dicha impresión es que promulgue de inmediato esa herramienta legal, señalaron activistas de organizaciones sociales.

Consuelo Morales, directora del colectivo Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, con sede en Nuevo León, consideró que al impedir la aprobación de la legislación, el gobierno federal está agrediendo de manera consciente o inconsciente a las víctimas y a sus familiares, quienes están cada vez más desprotegidos.

Esta ley nos urge, porque el país se nos está cayendo por esta guerra malhecha. Es muy preocupante la actitud de Calderón, pues parece que está jugando con la sociedad civil. En el Congreso se comporta de una manera, y cuando ya sabe el resultado de las elecciones, manda su veto, lo cual está muy lejos de toda ética y humanismo, subrayó.

Advirtió que el tejido social en México está roto, y en este escenario es más complicado proteger a las víctimas del delito, la violencia y el abuso de poder sin una legislación adecuada.

Respecto a las supuestas enmiendas que el gobierno se propone hacer a la ley, Morales enfatizó: Por supuesto no creemos que la quiera mejorar. Este señor ha hablado siempre con un doble discurso. Toda ley es perfectible, pero Calderón no la detuvo para eso, sino para buscar intereses particulares y partidistas, y ese es nuestro enojo.

Agnieszka Raczynska, secretaria ejecutiva de la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, recordó que las observaciones del Ejecutivo fueron hechas a destiempo, cuando la ley ya había sido avalada por todas las instancias legislativas necesarias.

La ley ya se aprobó, ahora sólo falta que el Presidente la publique, y ya sobre eso podemos trabajar para mejorarla. Entendemos que hay momentos específicos para hacer propuestas de modificación y fortalecimiento del contenido, pero lo más importante ahora es que se promulgue, dijo.

Las observaciones del mandatario, señaló la activista, en términos prácticos constituyen un veto.