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Pese a variar su delantera, goleó 4-2 a Grecia con tantos de Lahm, Khedira, Klose y Reus

Se impuso la lógica del balompié y Alemania avanza a la semifinal

El heleno Salpingidis anotó el único penal que se ha decretado en la Eurocopa

Ellos no hicieron nada, se dedicaron a impedir el futbol: Löw

Jugaron bien y merecieron el triunfo: Santos

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Miroslav Klose marcó el tercer gol del conjunto germanoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de junio de 2012, p. a13

Gdansk, Polonia., 22 de junio. Alemania impuso el poder de la lógica y de su futbol para avanzar a las semifinales de la Eurocopa, con un contundente 4-2 sobre Grecia.

El tricampeón de Europa se medirá el próximo jueves en Varsovia con el ganador del partido entre Inglaterra e Italia, que se juega este domingo en Kiev. La otra semifinal enfrentará el miércoles en Donetsk a Portugal con el vencedor del choque España-Francia.

Al minuto 39, el capitán germano, Philipp Lahm, puso el 1-0. Giorgos Samaras empató al 55, pero el equipo de Joakim Löw respondió con goles de Sami Khedira (61), Miroslav Klose (68) y Marco Reus (74).

Dimitris Salpingidis, al 89, con tiro penal –el primero en decretarse en esta Eurocopa– puso las cifras definitivas 4-2 ante 38 mil 751 espectadores en el estadio Municipal de esta ciudad.

Löw sorprendió al dejar en la banca a Mario Gómez, Lukas Podolski y Thomas Mueller, su delantera en los recientes partidos, para alinear a Klose como ariete acompañado de André Schuerrle y Reus. El desarrollo del partido le daría la razón, además de que regresó Jerome Boateng tras una suspensión por doble amarilla.

Pocas veces se vio una eliminatoria de la Eurocopa tan desigual. Pareció el combate entre un peso pesado y uno ligero. No hubo posibilidad alguna para los helenos y los teutones pasaron sin despeinarse, pese a la eventual igualada 1-1 al inicio de la segunda mitad.

Bastaron dos minutos para saber qué depararía al choque. Alemania acaparó el balón ante un rival que se replegó con nueve jugadores, dejando al pequeño Salpingidis como único adelantado a la caza de un balón, de una quimera.

Si los germanos tardaron en traducir su dominio en anotación fue porque se empeñaron en hacer las cosas mal durante algunos minutos. Especialmente Schweinsteiger, erigido en una máquina de perder balones. En cambio Mesut Ozil dio un recital en la primera mitad.

El jugador del Real Madrid entendió a la perfección lo que exigía el partido: movimiento entre líneas, poca conducción, distracciones y pases filtrados. De sus pies nació buena parte del peligro alemán, aunque también es cierto que pocas veces jugó tan cómodo.

Reus, Klose, Schuerrle y Khedira sumaron un buen número de ocasiones antes de que llegara el gol para satisfacción de Angela Merkel, la canciller alemana, que dio –gracias a Lahm– su primer saltito de la noche en el palco del Arena Gdansk. Y daría otros tres.

Lahm se incorporó al ataque y de una jugada aparentemente intrascendente llegó el gol.

La acción fue así: el lateral progresó, la defensa griega entró en parálisis y el disparo lejano del zaguero describió una trayectoria extraña, suficiente para que el balón superara el tardío vuelo de Michalis Sifakis, quien rozó la pelota con el guante izquierdo.

Nadie pensaba que el peso ligero que es Grecia fuera capaz de inquietar a la artillería pesada alemana.

Fernando Santos, seleccionador de Grecia, reaccionó con la desesperada energía de quien escucha el sonido del tren con un pie enganchado a la vía. Entró Gekas por Ninis y Fotakis por Tzavellas.

Al minuto 55 los helenos realizaron un sensacional contrataque aprovechando la falta de vigilancia alemana. Salpingidis progresó por la derecha y puso un espectacular pase para que Samaras empujara a la red. Nadie lo podía creer y varios griegos comenzaron a llorar.

Pero poco suele durar la alegría en casa del pobre. Seis minutos después del gol griego, Boateng centró desde la derecha y Khedira llegó desde atrás para devolver la ventaja a Alemania con un extraño remate y al 67, tras un saque de esquina y la deplorable salida de Sifakis, remató Miroslav Klose para el 3-1. Marco Reus, al 73, concreto la goleada con una volea.

El técnico Löw no tuvo piedad del rival: Grecia no hizo nada, se dedicó simplemente a impedir el futbol. Si tiene una posibilidad, mete dos goles. Es un equipo curioso.

Sobre las modificaciones iniciales, mencionó: Era el momento de un cambio, el equipo estaba maduro para eso.

Por su parte, el timonel Santos reconoció la superioridad germana: Alemania jugó bien y mereció el triunfo. Felicitaciones, pero también quiero felicitar a mis pupilos. No sólo hoy jugaron bien, sino en todo el torneo. El segundo gol fue muy duro para nosotros.

En su intervención, Sokratis Papastathopoulos destacó: Significa mucho para nosotros estar entre los ocho mejores.