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Mañana presentarán libro del investigador, que ofrece un nuevo rostro de esa rebelión

En la Guerra de Castas, fue sangre con linaje la que se sublevó, dice Marco Antonio León

Es una cronología de hechos, que permite acercarse a los líderes mayas no sólo como abanderados de una causa social, sino como actores de carne y hueso, señala el autor

 
Periódico La Jornada
Martes 1º de mayo de 2012, p. a10

Jacinto Pat, principal líder de la rebelión maya llamada Guerra de Castas, es descendiente directo del halach uinic (especie de gobernante) de Cozumel, Ah Naum Pat. Es como decir que, en su justa dimensión, tiempo y momento histórico, Emiliano Zapata proviene directamente de Moctezuma. Las implicaciones históricas son importantes, aunque sorprende que no se haya destacado, comenta el investigador Marco Antonio León Diez, autor del libro Genealogías de los primeros insurrectos de la guerra social maya de 1847, que registra el aspecto cronológico de los hechos que cambiaron el rostro de la península de Yucatán, al tiempo que permite acercarse a las figuras reales de esos líderes mayas, no sólo como abanderados de una causa social, sino como actores de carne y hueso.

La obra, que pretende despertar el interés por conocer más acerca de este capítulo fundamental en la historia de la península de Yucatán, se presentará este miércoles en la casa de cultura Jesús Reyes Heroles, de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo. En opinión del autor, el libro tiene el objetivo motivar estudios biográficos de los líderes de esa rebelión. Se trata del punto de partida de nuevas investigaciones, que se emprendan con mayor ahínco.

A partir de la documentación escrita y oral (testimonios de los descendientes de esos personajes), Marco Antonio León Diez creó la biografía de los tres líderes de esa revuelta social: Jacinto Pat, Cecilio Chi y Manuel Antonio Ay y Tec, de quienes sólo existían datos biográficos dispersos en textos de diferentes historiadores.

León Diez aglutinó la información, que resultó en las semblanzas de esas figuras, que cambian el rostro de lo que se conocía, en el imaginario y en la historia oficial, sobre estas tres figuras mayas.

Retratos hablados

En el libro destaca el trabajo del artista plástico Marcelo Jiménez Santos, quien a partir de la descripción oral de los descendiente de esos héroes, se dio a la labor de crear sus retratos, de cómo hubieran sido esos líderes, con base en criterios de edad y carácter. De hecho, los dibujos fueron realizados hace ya casi una década, cuando León Diez editó un catálogo de la exposición que montó con fotos de las familia de los involucrados, al tiempo que hizo los árboles genealógicos.

Desde ese tiempo, los retratos de Pat, Chi y Ay y Tec se reconocieron como rostros históricos y se comenzaron a reproducir en libros. Ya había un reconocimiento oficial y eso fue fundamental, afirma León Diez.

El autor expresa que, entre otras cosas, busca que el libro abra un abanico de hechos con los que se demuestre que el luchador social Pat es de sangre real, de linaje. Es una aportación que será debatida, aunque pasará tiempo para que la historia oficial lo reconozca.

Sin embargo, el hecho de confirmar el linaje de Jacinto Pat es una aportación. Eso modifica la percepción que se tenía de él. Si se levantó en armas no fue por algo espontáneo: tenía consciencia de dónde venía. Su consciencia, digamos, era de otro nivel. Su abuelo, su padre, sus primos... todos tenían dinero y estirpe. Fue sangre real la que se sublevó, asegura Marco Antonio.

Explica el origen del libro: Todo comenzó cuando llegué acá e hice un registro fotográfico de las autoridades tradicionales mayas. Me invitaron a una reunión de historia oral, en la que los viejos cuentan sus vivencias. En uno de esos encuentros conocí a los descendientes de Chi y Pat. Cuando los escuché, se me ocurrió tomarles fotos, porque básicamente mi trabajo era fotográfico. Conocer a Leonardo Pat fue muy importante en la investigación, porque él fue el contacto con los demás que ofreciron su testimonio.

León Diez destaca que lo fundamental de su investigación fue, primero, tener los rostros de los líderes, porque no existían: unicamente había representaciones de ellos en esculturas, pero las hicieron sin ningún fundamento; sólo como se las imaginó el escultor.

Luego vino la indagación geneaológica, la búsqueda de datos biográficos documentados y el resultado de las biografías le dio varias sorpresas, como el linaje de la familia Pat.

Jacinto es la generación número 12 de su familia, que en tiempos prehispánicos tuvo ciertos privilegios y luego buenas relaciones con los españoles. No los perdieron con el tiempo. Era una familia de caciques, cobraba impuestos de los españoles y se quedaba con parte de ellos. Sabía que tenían linaje. Todo comenzó cuando Hernán Cortés llegó a esa región, en la que fue recibido por el Ah Naum Pat, luego de que su nave se había dañado. (Pedro de) Alvarado había llegado antes y saqueó el lugar, lo que posteriormente fue castigado por Cortés, acto que fue bien visto por los gobernantes mayas. La zona era un lugar en el que se podían abastecer para seguir sus expediciones. Desde entonces, la familia Pat tuvo canonjías con los españoles.

La obra da cuenta de 20 generaciones de la familia Pat, aunque sólo 14 están perfectamente documentadas, del resto a cuatro le faltan nombres de pila y en dos no hay nada de datos, que no quiere decir que no haya en el siglo XVIII. Hay huecos; sin embargo, es la primera vez que se publica una biografía completa de Jacinto Pat. Recopilé información de los últimos historiadores y lo que había de tradición oral. Existía información, pero desperdigada y no actualizada.

Hay otras sorpresas, porque en el caso de Chi lo que había era información a nivel de literatura, pero es eso, literatura, no historia. Hay novelas y obras de teatro acerca de Cecilio Chi, pero lo que descubrimos fue lo que dicen los historiadores yucatecos de la época y que se ha repetido, esto es que Chi fue asesinado por Anastasio Flores, su secretario, quien era amante de la mujer de Chi. Esa es la historia oficial, lo que dice (Serapio) Baqueiro, algo indigno para un guerrero venerado. Yo, con base en documentos, demuestro que eso es una falsedad. Sí, lo mató Anastasio, pero fue por un complot de Benancio Pek, quien también mandó asesinar a Jacinto Pat.

Documentos reveladores

El investigador abunda: En cuanto a Manuel Antonio hay una historia diferente. Encontramos que no era como se le describía: un borracho al que se le caían las cartas de la conspiración en la cantina, la cual se abortó por ese hecho. Documentos importantes, como los del proceso que se le siguií a Manuel Antonio, hacen referencia a que tenía otra imagen. Asimismo, el testimonio de Felipe de la Cámara Zavala, encargado de la ejecución, revela otras cosas, como que no era un muchacho, sino un hombre de 45 años, con experiencia militar y con carácter, que hablaba maya y español perfectamente.

Marco Antonio León Diez asegura que cuando fue a ver a las familias de los tres líderes y les decía que les quería tomar fotos, ninguno de los integrantes se mostró sorprendido, porque sabían de dónde venían, sabían que eran descendientes de esas figuras de la historia, pese a que nadie estaba enterado. Cuando se dio a conocer esto, los primeros sorprendidos fueron los habitantes de los pueblos vecinos, pues lo desconocían.

Genealogías de los primeros insurrectos de la Guerra Social Maya de 1847 se puede obtener en dos modalidades: como ibook, con un costo de 30 pesos, y en papel bajo pedido; es decir, se compra el libro (250 pesos), y una empresa lo imprime en papel y lo mandan al comprador. Puede obtenerlo mediante www.selvalibre.com.mx