Roma. El funeral del futbolista italiano Piermario Morosini, quien murió el sábado en el terreno de juego durante un partido de la Serie B, reunió a 5 mil personas alrededor de una iglesia de Bérgamo, la ciudad natal del jugador que militaba en el Livorno toscano. El sacerdote Luciano Manenti recordó a los padres de Morosini, fallecidos cuando él era apenas un niño, y a su hermano discapacitado, que se suicidó.