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La reportera Sandra Rodríguez Nieto presenta su libro sobre la violencia en Ciudad Juárez

Los riesgos para ejercer el periodismo son tan grandes como la corrupción y la impunidad
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de marzo de 2012, p. 4

Los riesgos que se corren para ejercer el periodismo y documentar la violencia en Ciudad Juárez son tan grandes como la corrupción y la impunidad que se vive en esa urbe fronteriza, expresa la periodista chihuahuense Sandra Rodríguez Nieto, autora del libro La fábrica del crimen, crónica basada en hechos reales en torno al caso de un adolescente quien, junto con dos de sus compañeros de escuela, asesinó a su familia.

Como periodista de investigación, Rodríguez Nieto ha publicado trabajos sobre migrantes, maquiladoras, expansión urbana, corrupción, procuración de justicia y desde 2008 sobre la violencia atribuida a la guerra entre los cárteles de Sinaloa y de Juárez por el control del narcotráfico en esa ciudad.

Rodríguez Nieto fue reconocida en 2010, junto con su colega Luz del Carmen Sosa Carrizosa, con el Premio Internacional de Periodismo que otorga el periódico El Mundo, y fue incluida en la lista de Héroes de los Medios, publicada ese mismo año por el periódico Los Ángeles Times. En 2011 recibió en Washington el Premio Knight del Centro Internacional para Periodistas.

En charla con La Jornada, Sandra Rodríguez Nieto explica en qué ámbito, reporteros y periodistas de Ciudad Juárez, deben trabajar.

A partir de 2008, año en que hubo un recrudecimiento de la violencia y un incremento en el número de homicidios, el problema, dice la comunicadora, “es la falta total de investigación de las autoridades, lo que hace más difícil que como periodistas se informe y explique lo que ocurre.

A ello se suma, el que por naturaleza el narcotráfico es ilegal y clandestino. Y ante esas circunstancias, nuestra labor de reporteros se complica al momento de documentar la violencia.

Pese a ello, el mérito de los reporteros es manteneenos en la cobertura, lo que en esta ciudad implica situaciones de riesgo. Nunca dejamos de acudir a las escenas del crimen o prácticamente perseguir a los militares en busca de información; eso te expone a personas armadas y diversos peligros. Ese es el ambiente en el que desarrollamos nuestro trabajo, indica la periodista.

“Se podría pensar –añade– que en ocasiones no pasamos de contar la cifra de víctimas, pero aun llevar la cuenta de los homicidios sirve para reflejar la dimensión de lo que aquí ocurre. En su momento, eso permitió que el país y el mundo se dieran cuenta de la situación de emergencia, sin precedente, de lo que sucede en Juárez.”

Aun cuando han habido y siguen los casos de reporteros amenazados de muerte, por lo que han cambiado de fuente o salen del país, Rodríguez Nieto tiene la convicción de que su trabajo periodístico en Ciudad Juárez implica el compromiso profesional y social de informar sobre las causas y la situación de violencia en esa urbe.

Ciudad Juárez, explica, presenta manifestaciones extremas de muchos problemas sociales en los que están involucrados la corrupción y la impunidad. Los riesgos al ejercer el periodismo son tan grandes como la corrupción y la impunidad que se vive.

¿Hasta dónde se tiene que arriesgar un periodista? Para Rodríguez Nieto eso depende de cada situación. Es una decisión muy personal, de sus condiciones laborales y familiares. Yo admiro mucho, sobre todo a las colegas mujeres que son madres y que hacen la cobertura con mucha valentía. En lo personal no salgo a trabajar pensando continuamente en el riesgo, sino en la necesidad de informar.

Su primer libro La fábrica del crimen, editado por Planeta en su colección Temas de hoy, es una crónica basada en hechos reales en torno a Vicente, un adolescente de 16 años, quien en 2004 –junto con dos compañeros de la escuela– asesinó a su padre, madre y hermana; al primero lo matan de dos disparos y, a las mujeres, a puñaladas. Luego pretende fingir un secuestro por parte del narco y pedir rescate a la familia de su madre; además, es reclutado por la banda Los Artistas Asesinos, para finalmente a los 21 años morir baleado en plena calle, sin familiar que reclamara el cadáver.

Fue uno de los casos de más alto impacto, acota la autora, en una de las ciudades más violentas del país, lo que ilustra el nivel en el que se encuentra la localidad.

Se trata de una historia que por sus características representa el profundo y cotidiano clima de violencia, los altos índices de impunidad, la falta de castigo al delito y la corrupción en la procuración de justicia.

La intención, concluye Sandra Rodríguez, es plantear la urgente necesidad de reforzar la procuración de justicia. La debilidad, la corrupción, la protección policiaca de alto nivel al crimen organizado y la ineficiencia del sistema propician la no investigación, cuando no el encubrimiento del crimen.

El libro La fábrica del crimen será presentado hoy a las 19 horas en la librería universitaria de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua.