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Autoridades marginan ese municipio del registro de daños, 3 días después del sismo, dicen

Las viviendas ya no aguantan otro temblor: vecinos de Putla, Oaxaca

El templo y la primaria quedaron destrozadas; afectaciones en más de 150 inmuebles, aseguran

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Una alumna permanece en lo que quedó de la escuela primaria Emiliano Zapata, en San Pedro Siniyuvi, desplomada por el sismo.Foto Jorge A. Pérez Alfonso
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Donato Sánchez, habitante del municipio de Putla Villa de Guerrero, improvisó un dormitorio en el patio de su hogar afectado por el temblorFoto Jorge A. Pérez Alfonso
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 24 de marzo de 2012, p. 31

Putla Villa de Guerrero, Oax. 23 de marzo. Tres días después del temblor principal ninguna autoridad ha llegado hasta aquí. Se habla de daños en los límites de los estados de Oaxaca y Guerrero, de Ometepec –el epicentro–, de Cuajinicuilapa –donde hubo dos muertos–, de Pinotepa Nacional y San Juan Cacahuatepec; sin embargo, el municipio de Putla Villa de Guerrero ha sido marginado del registro de daños.

La agencia municipal de San Pedro Siniyuvi, ubicada a poco más de tres horas por carretera de la capital del estado –la desviación es sobre la carretera federal 135 a la altura de la comunidad de Concepción del Progreso–, cuenta con mil 400 habitantes. El templo, la primaria Emiliano Zapata y 150 casas resultaron dañadas.

Modesta Santiago García, ama de casa de 37 años, recuerda que preparaba la comida cuando se empezaron a caer las cosas, también el techo. Me asuste feo. Hoy observa el cascarón que quedó de la casa en la que vivió más de 15 años y en la que ha criado a sus dos hijos: ya no se puede vivir ahí.

¿Vienen a ayudar?

Cuando un par de reporteros recorren la comunidad, los vecinos se arremolinan, ¿vienen a ayudar?, pregunta una señora, por favor, evalúe mi casa, pide otra; necesitamos ayuda ruega don Rosalino Castro López, de 70 años, quien con su mujer, de 73, y su hijo de 54, están en la calle. No tenemos donde vivir, ya no queda nada, dice, mientras observa lo que quedó de su hogar: una sola habitación de cinco por dos metros.

La habitación de adobe sigue en pie, sin embargo, al asomarse adentro se pueden observar las grandes grietas, amenazantes, en las esquinas. Un nuevo temblor ya no lo aguanta, dice don Rosalindo, frente a su casa, en la esquina de las calles 20 de Noviembre y Benito Juárez.

Los habitantes recogen los escombros que quedaron en las calles, se organizan y hacen el tradicional tequio. Los nueve mayordomos recogen los restos del altar de la iglesia de San Pedro, el cual quedó hecho pedazos, con el santo de cabeza. Las mujeres observan las labores y sólo rezan.

Los niños están en las calles, algunos ayudan a limpiar lo que les dejó el sismo del martes pasado de –7.4 grados Richter–: la primaria Emiliano Zapata está destruida y suspendidas las clases por lo menos hasta el lunes, señala el presidente del Comité de Padres de Familia, Samuel Aguilar Miguel. Según las autoridades del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa es pérdida total, (la única autoridad que se dio una vuelta por aquí) los ocho salones que en un día regular albergan 150 niños tienen daños estructurales, principalmente las aulas de 6º A y B, 5º y 4º grados, espacios que se quedaron sin paredes.

Otra comunidad, San Isidro la Palizada, ubicada a 10 minutos de la cabecera, reportada oficialmente sin daños, ha sido abandonada por las autoridades. La casa de la familia Sánchez Cruz está derruida, lo que era la pequeña cocina de dos por dos metros es lo único en pie.

La desconfianza aflora. ¿Qué necesita?, ¿vienen a ayudarnos? cuestiona Donato Sánchez, padre de familia, quien explica que funcionarios municipales fueron a prometer apoyo, pero éste no ha llegado.

La casa de adobe ubicada a dos cuadras de la agencia municipal, en la calle de Barranca Pulga sin número ya no existe, sólo quedan algunos ladrillos.