Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 29 de enero de 2012 Num: 882

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El caballo de Turín: más allá del bien y el mal
Antonio Valle

Café y revolución
Montserrat Hawayek

Peña Nieto y el Golem
Eduardo Hurtado

La maldición de Babel: Pacheco, Borges, Reyes
y el Tuca Ferreti

José María Espinasa

Eros, Afrodita y el sentimiento amoroso
Xabier F. Coronado

EL SIGLO XIX, inicio
de la era mediática

Jaimeduardo García

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Naief Yehya
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La amenaza de SOPA y PIPA:
primera estrategia corporativa para destruir la web

La maldita sopa

El 18 de enero de 2012, a media noche, tuvo lugar un hecho sin precedentes en internet: miles de sitios se unieron en un acto de protesta virtual. Wikipedia, la exitosa y popular enciclopedia por colaboración en línea impuso una página oscura con la leyenda “Imaginemos un mundo sin conocimiento gratuito”, para bloquear el contenido de su versión en inglés por 24 horas, en protesta por las legislaciones promovidas por el Congreso de Estados Unidos:  la propuesta de ley para detener la piratería en línea, SOPA (Stop Online Piracy Act), sometida a la Casa de Representantes, que permitirá al Departamento de Justicia y a los dueños de los derechos de autor de cualquier obra obtener órdenes de la corte en contra de las páginas que sean acusadas de violar o permitir que otros violen derechos de autor de terceros, también obliga a los motores de búsqueda a bloquear páginas y a los servidores a servir como censores; y la propuesta de ley PIPA en el Senado que promete la protección de la propiedad intelectual en línea (protect ip act) y pretende “prevenir amenazas reales a la creatividad económica y el robo de la propiedad intelectual” al ofrecer herramientas para limitar el acceso a páginas “deshonestas” que violen las leyes o tengan material pirata en cualquier lugar del mundo.

Nuevas reglas, viejos criterios

Bajo estas leyes, el streaming ilegal de una obra protegida podría ser un crimen que se castigaría con un máximo de cinco años de cárcel, y tener una foto, una canción o un video protegido en un sitio web podría conducir a la desaparición de dicho sitio. Estas leyes fueron concebidas por megacorporaciones de la industria del entretenimiento y la cultura (Disney, Penguin, Scholastic, Viacom, Hachette, Warner, Sony, Universal, entre otras), así como organizaciones y empresas en los campos más diversos (Visa, L’Oreal, Pfizer, Revlon, sociedades de autores, tenistas, alcaldes, etcétera) y fueron promovidas por cabilderos en Washington que pudieron echarse al bolsillo a varios políticos con la intención de proteger productos, pero de paso bloquear tanto el derecho de cita como las limitaciones y excepciones que usualmente son comunes bajo los derechos de autor.

Evolución y retroevolución

En sus versiones iniciales, estas leyes permitían al autor o propietario de los derechos exigir (sin necesidad de la orden de un juez) que un sitio sea bloqueado, sus anuncios retirados y su acceso a medios de recaudación cerrado, ya sea PayPal o las empresas de crédito Visa, Mastercard, etcétera. Las últimas versiones de estas leyes se han ablandado un poco, pero la esencia se mantiene: si una corporación siente o cree o prevé que alguien puede piratear sus valiosos productos, tiene el derecho de actuar preventivamente. El potencial para el abuso es enorme. Si NBC tratara de sabotear a CBS, esos gigantes tendrán los recursos para pelear legalmente, pero sitios con mínimos o nulos presupuestos no podrán hacerlo, de manera que estarían condenados a desaparecer si entre sus páginas alguien descubre una canción, una imagen, un video o un texto del que alguien tenga o crea tener los derechos.

Disparates ambiciosos o ajustes ignorantes

Wikipedia optó por una de las acciones más radicales para protestar, pero otros participaron de otras formas: Google mostró su solidaridad al bloquear su nombre, pero no tuvo el valor de cerrar su servicio, finalmente un día sin Google es un día con Bing o Yahoo, y las pérdidas serian considerables. Wired impuso barras negras sobre todo su contenido y muchos sitios más, como Reddit, WordPress, BoingBoing, la Electronic Frontier Foundation e incluso el magnate de Facebook, Mark Zuckerberg (quien después de un largo silencio cedió, pero no trató de imponer sacrificio alguno a su red social) se unieron a la protesta. Estas leyes en esencia son disparates manufacturados por gente que tiene o una ambición superlativa o una ignorancia escalofriante. Una de las muchas ideas imbéciles propuestas por esta ley es que se impondrían requerimientos para redirigir búsquedas para que los servidores impidan que los cibernautas visiten determinadas páginas, esto es, que los buscadores deberán mentir respondiendo que las páginas prohibidas no existen. Esto pondría en peligro el protocolo de seguridad de internet dnssec (The Domain Name System Security Extensions) al imponer obstáculos inútiles que darían lugar a inconsistencias que podrían aprovechar los crackers para secuestrar o falsificar sitios con la intención de robar información. Aun con las modificaciones realizadas a último momento, esta ley sigue siendo una aplanadora que causará daño tanto a los mecanismos técnicos de la red como a la libertad de expresión, pero esencialmente a la naturaleza abierta de la web. sopa y pipa provocaron la reacción activista más importante de la historia de internet, pero aun siendo derrotadas representan la primera gran embestida corporativa en contra de una de las estructuras-servicios más vitales de nuestro tiempo.