Con sonrisas, abrazos y alegres añoranzas, 11 de los jugadores que lograron el ascenso a la primera división del entonces equipo Universidad, hace 50 años, se reunieron en el estadio Olímpico México 68 para celebrar su momento mágico: jugar en el máximo circuito gracias al tesón y a las ganas que tenían de trascender.

Cegados por el sol que pegaba inclemente sobre el césped, los ahora profesionistas, todos, antes estudiantes y jugadores del equipo representativo de su alma mater, se mostraron orgullosos de su logro, de haber ayudado a que ahora Pumas sea uno de los cuatro grandes clubes del futbol nacional.

Hubo anécdotas, como la narrada por el ahora contador público Lorenzo García González, quien con 45 minutos de prueba ingresó a las filas del Universidad –contratado por el técnico Octavio Vial–, con un sueldo de 2 mil pesos, porque para nosotros lo importante era jugar, movernos, hacer ejercicio y representar a nuestra Universidad; lo monetario, era un asunto muy menor.

Guillermo Vázquez Mejía, entrenador de fuerzas básicas en el equipo del Pedregal y padre del actual técnico de los auriazules, del mismo nombre, pidió paciencia a los aficionados y a los medios, porque tiene plena confianza en que los canteranos que juegan en este momento lograrán madurar para hacer de la institución un equipo de cuidado.

Si bien no tiene “una varita mágica para determinar si el conjunto de la UNAM podrá vencer a Chivas –que también jugará con varios canteranos–, este domingo en Ciudad Universitaria, lo que sí puedo decir es que el deseo de lograrlo es grande y que los muchachos tienen con qué alcanzarlo”, agregó.

De regreso en el recuerdo, el arquitecto de profesión Jorge Gaitán, antes delantero, rememoró: Todos éramos estudiantes de la UNAM y jugábamos en el equipo más que nada por tener una actividad física, pero todos dejaban el alma en la cancha en cada partido.

Ahora “es importante que se mantenga el apoyo a la cantera y tratar de que los muchachos se queden más tiempo, cinco años –como Hugo Sánchez y Luis García–, para que salgan con un buen título también en el futbol”, secundó el sicólogo José Antonio Espátula Rodríguez.

Alegres, canosos y alguno de ellos con bastón, pero muy felices, trajeron un recuerdo digno de contar y una sonrisa para los actuales jugadores de Pumas, que regresaron a entrenar a la cancha dos de CU y a quienes les desearon la mejor de las suertes ante el Guadalajara.

Luego de las fotografías que obligaba la ocasión, de los abrazos y de las palabras de aliento, el canterano Emilio Orrantia habló por los felinos de hoy, al asegurar que lo ideal será vencer a los rojiblancos, no porque sean el último lugar en la tabla ni por la adversa situación que enfrenta su directiva, sino porque es nuestra obligación ganar, aunque descartó que sea una labor fácil, porque ellos vendrán desesperados por llevarse los tres puntos.

Además de los citados ex jugadores, estuvieron presentes Alfredo Zenteno (ingeniero químico), Alfredo Echávarri (arquitecto), José Carlos Gutiérrez (contador público), Manuel Manolo Rodríguez (contador público), Edmundo Pérez (ingeniero), Homero Villar (abogado) y Miguel Ángel Rodríguez.