El Guadalajara ascendió en solitario al liderato general del torneo Apertura 2011 a costillas de un desdibujado América, al que venció por rotundo 3-1. Las desplumadas Águilas vieron consumirse una de sus últimas oportunidades para ubicarse en la liguilla, al quedar refundidas entre los coleros del certamen, con 14 puntos.

El clásico resultó emotivo y comenzó caliente en el rubro de la rudeza, porque Aquivaldo Mosquera propinó artero golpe a Jesús Chapo Sánchez, quien se quedó derribado tras el rodillazo y codazo que le propinó el zaguero colombiano. Luego hubo una colisión que involucró a dos americanistas y al Pato Araujo, en el que Shagui Martínez resultó con hemorragia nasal.

Sin embargo, el mazazo más doloroso para la parcialidad local llegó al minuto cinco, tras un desborde de Marco Fabián por la izquierda con centro a primer poste, donde Antonio Gallardo remató de palomita para clavar el 1-0 que detonó el grito de Chivas, Chivas.

Pese al mejor accionar del Guadalajara, las Águilas lograron el empate después que Mario de Luna cometió falta a Christian Benítez. Rolfi Montenegro cobró al centro del área, donde el ecuatoriano se elevó sobre la marca de Reynoso y remató certero con la cabeza para el 1-1 en el tablero.

Alfredo Tena, quien apostó por los jóvenes luego del triunfo sobre el Monterrey, se entusiasmó tanto que parecía a punto de saltar a la cancha, más aún tras un cabezazo de Jesús Molina que se fue por encima del larguero... Pero el gusto del Capitán Furia duró muy poco.

Al minuto 18, Alberto Venado Medina cobró un tiro de esquina por la izquierda, Navarrete salió a capturar el balón por alto, inesperadamente lo soltó sin imaginar que detrás estaba como piraña un avispado Marco Fabián, quien clavó el 2-1.

El espectacular festejo rojiblanco con agitar de banderas en la cabecera sur todavía no se apagaba cuando tuvo que revitalizarse ante el tercer tanto. Las Chivas realizaron un relampagueante avance y desde la derecha centró El Chapo Sánchez, Navarrete se hizo bolas, la defensa americanista también y Érick Cubo Torres no perdonó el tercer gol, al minuto 19; un remate certero de cabeza que dejó haciendo berrinche al portero local.

Tena de inmediato puso a calentar a Ángel Reyna y a Matías Vuoso, mientras en la cancha sus pupilos intentaban reaccionar, pero entonces se toparon con la estelar figura de Luis Michel, el portero tapatío que cambió el incesante Chivas, Chivas por el de oeeee, oeee, oeee, oe, oe, Michel, Michel.

El arquero rojiblanco primero realizó un vistoso desvío hacia arriba ante un pelotazo remitido por Montenegro y luego cambió la ruta del cabezazo perfecto del Chucho Benítez que iba para gol.

Para la segunda parte, Tena se convenció de que no bastaba oponer juventud al dinamismo de los visitantes, tampoco la especie de amuleto que significó usar el uniforme histórico color azulcrema, e ingresó a Reyna y a Vuoso.

No obstante la leve mejoría en el cuadro de casa, la primera gran oportunidad de la parte complementaria fue para el Guadalajara, cuando El Venado explotó de nuevo el carril derecho para sacar un centro que Marco Fabián no logró conectar.

La respuesta local llegó con un gran centro de Rolfi para Reyna, quien se lanzó y remató con la nuca, para echar el esférico por encima del desguarnecido marco.

El juego se complicó gravemente para el cuadro de Coapa cuando al minuto 58 el brasileño Rosinei Adolfo recibió cartón rojo por tardía y dura entrada sobre Jesús Sánchez. Luego, ya en total desesperación ante el dominio del Rebaño, Jesús Molina fue amonestado tras faulear a Torres.

Aciaga resultó la tarde para el portero Navarrete en su primer clásico, pues no sólo lo hostigaron con el insulto al portero en los despejes, como si el América fuera visitante, sino también le gritaron el burlón gooool a cada nuevo contacto con el esférico, luego de sus errores en el segundo y tercer tantos.

Los azulcremas tuvieron algunas llegadas trompicadas, sin claridad al frente, tiros de esquina y cobros de falta, pero ninguno prosperó, porque ayer el América fue un equipo sin convicción ante unos contrincantes crecidos y con toda la disposición del mundo para pelear cada pelota.

Reyna era quizá el único que no se contagió de la depresión amarilla: era un guerrero con todo en contra, pero su desgarbado estilo no le generó dividendos y estuvo en cambio cerca de perjudicarle con un cartón amarillo que el silbante decidió perdonar.

Sergio Lugo, en el área técnica del Guadalajara ante la suspensión de Quirarte, ingresó al campo a Carlos Fierro en lugar del ovacionado Marco Fabián, ello después de que El Venado recorrió el costado izquierdo y centró para Jesús Sánchez, quien estrelló su remate en el travesaño.

Luego de felicitar a sus jugadores y de aclarar que con Alfredo Tena nunca hubo animadversión seria y toda la rivalidad se redujo a una guerra de declaraciones, Quirarte dijo que el resultado fue justo, siempre se trató de ir al frente, pudimos recuperarnos del empate y eso es importante, porque mostramos carácter.

Rehusó hacer leña del árbol caído y mencionó que nunca pensó en hundir al América, sólo en lo que nos beneficiaba, y si como consecuencia ocurrió lo otro, pues no lo pensé.

Aseguró que este juego en especial, así como su presencia en el timón, significó el rencuentro con la afición “y se volvió a escuchar el grito de ‘Chivas, Chivas’ que se había olvidado”. Indicó que la clave fue el orden y la verticalidad de los suyos, aunque no supieron aprovechar el hombre de más con que jugaron durante varios minutos.

Tena dijo sentirse un tanto desilusionado, más no frustrado, pues perder un clásico siempre es algo muy doloroso. Cometimos errores en momentos importantes, los cuales Chivas supo capitalizar. Aseguró que el rival no fue superior mientras jugaron 11 contra 11, quizá sí cuando nos quedamos con 10.

Rechazó entrar en la polémica desatada por las declaraciones de Reyna, quien calificó al América de un equipo con capitán de agua y defensa de plástico. Tena dijo que eso me suena a ropa sucia, no estoy enterado pero voy a investigar, y reconoció que cuando asumió el timón sabía que la empresa era difícil, pero siempre se hace el intento. Hoy el equipo dio espectáculo, tuvo muchas llegadas, pero Michel salvó a los suyos, concluyó.