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Indignación global

Unos 500 jóvenes embozados atacaron tiendas, hoteles y autos

Protesta en Roma deviene en violencia
 
Periódico La Jornada
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 4

Roma, 15 de octubre. La primera jornada de protesta mundial de los indignados contra la precariedad, el sistema financiero y la crisis derivó en actos violentos en Roma, donde se manifestaron decenas de miles de personas, tras el llamado desde Nueva York.

La movilización, parte de las protestas en otras ciudades del mundo contra la crisis financiera, se desplegó en el centro de Roma, con ciudadanos indignados procedentes de toda Italia.

Sin embargo, la protesta derivó en disturbios prácticamente desde el comienzo, cuando unos 500 jóvenes con el rostro cubierto de negro empezaron a romper ventanas de tiendas y a lanzar bombas molotov contra edificios privados, entre ellos bancos y hoteles. Varios vehículos fueron incendiados, así como un anexo del Ministerio de Defensa, muy cerca del Coliseo.

La plaza romana de San Juan de Letrán, punto de partida de la manifestación, se transformó en campo de batalla entre la policía y los jóvenes encapuchados, que acabó con 70 heridos, algunos de gravedad; 45 fueron hospitalizados –entre ellos varios agentes–, uno perdió dos dedos a causa de una explosión. Las autoridades informaron de 12 arrestos.

Algunos manifestantes pacíficos trataron de detener a los encapuchados pidiendo no violencia, mientras la policía usaba chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los miembros del llamado bloque negro.

La policía intentó responder contra los violentos, sembrando el pánico entre los manifestantes pacíficos, que empezaban a llegar a la plaza. Muchos, y algunos turistas despistados, se refugiaron en las escaleras o en la iglesia más antigua de Roma, San Juan de Letrán.

Decenas de manifestantes abandonaron la plaza con los brazos en alto, para no ser confundidos con los vándalos. Una participante fue vista con la cara sangrando.

Carteles de los jóvenes de negro señalaban: Si ellos toman nuestro presente, nosotros robaremos el futuro.

Me da asco. Es la culpa del gobierno, que ha obligado a los jóvenes a comportarse así. No nos dan elección, comentó Laura, de 23 años.

Cerca de la plaza, donde la circulación no se interrumpió, algunos coches de lujo fueron atacados con piedras, otros zigzagueaban entre basura quemada.

Las tres principales confederaciones sindicales y los sindicatos de estudiantes se unieron a la manifestación, inspirada por los indignados de Madrid.

Una sola solución, la revolución, No somos bienes en las manos de los banqueros, podía leerse en las pancartas de los manifestantes. Un grupo llevaba un féretro con el nombre del primer ministro, Silvio Berlusconi.

Desde la mañana, se desplegó un fuerte dispositivo policial en el centro de Roma. Los agentes protegieron principalmente museos y los lugares clave del poder en Italia, como la presidencia, el Parlamento y la residencia privada de Berlusconi.