Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 4 de septiembre de 2011 Num: 861

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Tomarse el día
Aura MO

Monólogos Compartidos
Francisco Torres Córdova

Mujeres, poetas y beatniks
Andrea Anaya Cetina

Entrevista con Alberto Manguel
Adriana Cortés Colofón

Lawrence Ferlinghetti.
¿Qué es poesía?

José María Espinasa

Lucian Freud, lo verdadero y lo palpable
Anitzel Díaz

Lucian Freud más allá de la belleza
Miguel Ángel Muñoz

Manuel Puig: lo cursi transmutado en arte
Alejandro Michelena

Leer

Columnas:
Señales en el camino
Marco Antonio Campos

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Tomarse el día

Aura MO

La oscuridad se filtra muy fácil en estas oficinitas, donde se está como en caballeriza, dividido pero amontonado, viendo al frente aunque no quieras. Se percibe muy fácil el olor del hastío, se contagia muy rápido el dolor del hastío; pero no importa, aquí me conocen, aunque sea como un rostro iluminado metálica y pálidamente por la blancura de las computadoras. Aquí me conozco.

Mientras acaricie el mouse como quien toca a una vieja amante, mientras se escuche el arítmico enterrarse de las teclas en su panel, mientras no sea más que el estornudo del otro lado de mi muro mocho, de rayón y metal, el que perturbe la armonía enferma del ambiente, mientras no pase nada nuevo ni viejo, nada está terminado, hay chamba pa’ mañana.

Decía, no sé quién, no sé porqué, que si le debes al banco no te mueres a menos que heredes tus deudas, y yo no tengo hijos, mis padres murieron y mis ex me detestan así que o soy inmortal o inmemorable (o patéticamente las dos cosas). El banco tiene las mismas caballerizas que mi oficina, aunque tengo la impresión de que son más tristes esas, ¿será el calor de mi CPU viejo el que hace que me sienta más acompañado, más humano? Ahora que lo veo hay poca gente en la oficina, esta gente se toma el día cada vez más seguido y con menos vergüenza, hoy no vino el chistosito de la esquina, ¡me caga el tipo, pero se le extraña! 

No me ha llamado hoy la jefa… ¡pinche vieja menopaúsica!, aunque yo sí le daba, la verdad no me acuerdo si le di en la fiesta de fin de año, tal vez por eso me odia tanto... tengo ganas de llamarle a la secre de contabilidad, igual y algo rápido antes de salir, al fin, hay muy poca gente… Ya es muy tarde, creo que no hay más ruido que el de mi intento de redacción donde le explico (más bien le informo) a la jefa que mañana me tomo el día, todo el día. Bueno, por mí, alguien más puede redactar el oficio, igual y el marica que también faltó hoy sea el que mañana se dé cuenta, o la señora frustrada o la escuincla de servicio social o… 

La oscuridad se filtra muy fácil en estas oficinas donde se está como en caballeriza, dividido pero amontonado; eso es una ventaja. También se percibe muy fácil el olor a muerte y a muerto ¿se contagiará muy rápido el dolor también? No importa, aquí me conocen, aquí me conozco, hay chamba pa’ mañana.