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Narcoviolencia
Para amnistía con los criminales ya tuvimos demasiado: Calderón
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Elementos federales sobrevuelan MonterreyFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de agosto de 2011, p. 4

Al ratificar la esencia de su estrategia en la lucha contra el crimen organizado, a pesar del ataque perpetrado en Monterrey el jueves pasado, el presidente Felipe Calderón rechazó la posibilidad de cualquier tregua o amnistía a criminales, como sugirió su predecesor, Vicente Fox. Imagínate que este momento a los criminales que lanzaron la gasolina en este lugar de la manera más cobarde y ruin les demos amnistía y los dejemos libres.

En entrevista con el noticiario Primero Noticias, que conduce Carlos Loret de Mola, sobre el atentado contra el casino Royale, en Monterrey, el Presidente rechazó que el gobierno federal haya desatado la violencia.

El asunto, dijo, es al revés: si el gobierno hizo presencia en Tijuana, en Ciudad Juárez o ahora, en Monterrey es porque había un problema exacerbado de violencia.

Agregó que su gobierno es parte de solución, no del problema, y es parte porque se requiere acelerar el fortalecimiento institucional en las 32 entidades mediante la depuración de sus corporaciones policíacas y mayores controles de confianza.

Aunque la pregunta aludió a Fox, el Presidente omitió hacer referencia expresa a su antecesor. Calderón meditó un momento la respuesta, deploró la posibilidad de liberar a los autores de atentado y agregó: No sé cuáles sean las ideas y fundamentos de eso; creo que para amnistía y tregua con los criminales ya tuvimos demasiado y ahora estamos pagando las consecuencias.

Sostuvo que el crimen organizado ha sido como un cáncer que ha crecido. Mencionó que la violencia se ha exacerbado a partir de las disputas entre los cárteles por los territorios, a pesar de lo cual reivindicó su política, ya que han sido detenidos 21 de los 37 delincuentes más buscados, una serie de personajes realmente tétricos.

Se le preguntó si espera mejoría en la situación de seguridad en el resto de su sexenio. Calderón insistió en que en la medida en que la estrategia tenga éxito, las cosas van a ir mejor. Se dijo una vez más dispuesto a modificarla, pero acto seguido la defendió puntualmente: enfrentar y confrontar a los criminales “porque no podemos permitir la extorsión –seguramente, dijo, se trató de una extorsión a un casino–, pero igual de comerciantes o ciudadanos, tenemos que seguir enfrentándolos”.

Calderón volvió a arremeter contra Estados Unidos por su responsabilidad en la violencia que prevalece en México, tanto por el elevado consumo de droga, que ha involucrado a 100 millones de estadunidenses, como por el criminal tráfico de armas que se derivó tras la derogación de la ley que impedía la venta de fusiles de asalto.

Pidió que si los estadunidenses están resignados a meterse cuanto quieran, entonces que dispongan de un puerto de entrada, por ejemplo, para la coca que viene de Colombia, Bolivia o Venezuela, y evitar esa caravana de muerte que se registra en Centroamérica y México.

Pidió que busquen soluciones de mercado, que cierren la puerta a las ganancias estratosféricas de los cárteles de la droga por el mercado que existe en el país vecino, y consideró absurdo que México legalice la droga porque tendría poco impacto en el mercado internacional.