Sociedad y Justicia
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Decenas de libros han sido publicados en los últimos dos años

Cobra fuerte impulso en Serbia la literatura carcelaria
 
Periódico La Jornada
Martes 23 de agosto de 2011, p. 41

Belgrado. Una nueva tendencia cobra impulso en Serbia, generando un fenómeno que los sociólogos describen como literatura carcelaria.

En los pasados dos años se publicaron decenas de libros escritos por reclusos célebres en prisiones internacionales y locales.

Entre ellos figuran algunos sentenciados por crímenes de guerra cometidos durante el conflicto de 1992-1995 en Bosnia-Herzegovina y por el asesinato del primer ministro Zoran Djindjic en 2003, pero también hay otros condenados por narcotráfico.

El común denominador es el esfuerzo por contar la verdad, señaló Milan Lukic, uno de los autores más controvertidos, en su libro Relato del detenido de La Haya.

Lukic, de 41 años, fue sentenciado en 2009 a cadena perpetua por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, que funciona en la órbita de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y tiene su sede en La Haya.

Lo condenaron por participar en los secuestros y ejecuciones de decenas de musulmanes en el oriente de Bosnia-Herzegovina y por quemar vivos en 1992 a 120 civiles musulmanes en dos casas de su localidad natal: Visegrad.

La publicación, este mes, del libro de Lukic causó indignación entre activistas de los derechos humanos, organizaciones de la sociedad civil y musulmanes en Bosnia.

Esa ira tiene dos motivos. Primero, Lukic dice ser inocente y escribe que no estuvo en Bosnia cuando se perpetraron los delitos por los que fue sentenciado, y niega que éstos hayan ocurrido.

Segundo, el libro se presentó en la casa parroquial de la catedral ortodoxa serbia de San Sava, en Belgrado, sin que el influyente clero se opusiera.

La Iglesia mantuvo silencio sobre ese acontecimiento. Ips no obtuvo ninguna respuesta a los intentos por obtener sus declaraciones.

Es un acontecimiento indignante, un insulto a las víctimas, expresó Bakira Hasecic desde Sarajevo. Ella nació en Visegrad y preside la asociación Mujeres Víctimas de la Guerra, entre cuyas integrantes hay sobrevivientes de las violaciones masivas perpetradas por los serbios en el oriente de Bosnia.

“Me gustaría ver si él (Lukic) listó a todas las personas a las que quemó en Visegrad, así como a los hombres que ‘defendieron’ la ciudad de los musulmanes. Él me violó allí, y a muchas otras mujeres y niñas también”, declaró.

Para el Fondo de Derecho Humanitario, la publicación de ese libro también representa una ofensa para las víctimas, dijo Aleksandar Obradovic, experto de esa entidad.

Los tribunales determinaron qué ocurrió en Bosnia, pero esto es un hecho escandaloso, porque se suma a la tergiversación de los puntos de vista que se presentan al público más amplio, sostuvo.

Obradovic se refería a que los serbios todavía están profundamente divididos en torno a la guerra en Bosnia, que muchos creen se libró para proteger a los serbios de los bosnios musulmanes que, presumen, querían exterminarlos.

Otro recluso –escribió 10 libros en prisión– es Milorad Ulemek, Legija, de 46 años, quien fue sentenciado a 40 años por el asesinato del primer primer ministro democrático de Serbia, Zoran Djindjic, en 2003.

A través del agua y el fuego es su más reciente publicación. Conocido por haber participado como paramilitar en las guerras de las vecinas Croacia y Bosnia, Ulemek escribió sobre la valentía de las unidades serbias en esos conflictos.

La sentencia en su contra señala que el asesinato de Djindjic tuvo, entre otros objetivos, el de revertir el orden constitucional del Estado serbio.

El abogado de la familia Djindjic, Rajko Danilovic, comentó que es tiempo de que el Estado, que dijo lo que pensaba sobre Ulemek sentenciándolo a 40 años, haga algo en relación con sus esfuerzos por ganar popularidad de esta manera.

Según fuentes de la fiscalía serbia, solamente se pueden adoptar medidas si los libros contienen llamados a derrocar el orden constitucional, pero algunos expertos discrepan.

Hay maneras de impedir la negación de crímenes de guerra o que se inflija más dolor a las familias de las víctimas, porque este libro tiene ese efecto, declaró el abogado Dragoljub Todorovic, de Belgrado.

Podemos mirar a nuestro alrededor y ver cómo se hicieron estas cosas en otras partes, como la prohibición de negar el holocausto. De otro modo los libros son como una bofetada en el rostro de todos, agregó.

Ahora los fiscales serbios están más interesados por determinar quién ayudó a otro autor a publicar sus obras mientras estaba prófugo de la justicia. Radovan Karadzic, de 66 años, quien fue el líder político de los serbio-bosnios durante la guerra, publicó tres libros mientras escapaba de la justicia, desde 1998 hasta su arresto en 2008.

Esos libros no tratan sobre la guerra. Son novelas, una colección de poesía y un cuento de hadas.

Saber quién lo ayudó a difundirlos conduciría a descubrir su red de apoyo, señalaron fuentes de la fiscalía.

La literatura carcelaria también incluye textos de conocidos delincuentes comunes, como Kristijan Golubovic, de 42 años, quien pasó la mayor parte de la última década en prisiones griegas y serbias a raíz de condenas por narcotráfico.

Golubovic escribió una autobiografía –Yo– y prepara un volumen de inminente publicación.