Opinión
Ver día anteriorDomingo 21 de agosto de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Una visita sospechosa
S

e anuncia con bombos y platillos la visita del papa Ratzinger a España. Da la impresión de que esa visita forma parte de la campaña política del Partido Popular que encabeza el tal Rajoy. Y es que el Vaticano siempre ha estado cerca de España cuando las circunstancias políticas parecen justificarlo.

A mí no se me olvida que el antipático de Pío XII, que ocupa entre las tumbas de los papas en San Pedro un lugar de honor, se declaró partidario del franquismo y bendijo la espada de Franco en plena Guerra Civil. Pero el problema para el PP y para el Papa es que el gasto excesivo que se prevé provocará esa visita, no parece muy de acuerdo con la situación económica de España, que está francamente deteriorada. Se realizan manifestaciones numerosas contra la visita papal que no es lo más oportuno para el PP, ansioso de apoyo popular ante las próximas elecciones.

Ahora resulta que hasta un mexicano está involucrado en el intento de sabotaje a las manifestaciones antipapales. Ha sido detenido José Alvano Pérez Bautista, de 24 años de edad, acusado de planear un atentado con gases asfixiantes y otras sustancias químicas, como el gas sarín, contra las agrupaciones laicas que se oponen al dispendio de dinero público por la visita de Joseph Ratzinger.

Según los antecedentes leídos en este diario, Pérez Bautista nació en el estado de Puebla y cursaba estudios en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Es importante destacar, como lo hace la nota de La Jornada, que también integran los grupos de protesta las denominadas redes cristianas de base, que luchan por una Iglesia católica más comprometida con los desfavorecidos en el combate contra la pobreza y la desnutrición infantil.

El joven Bautista está graduado en química y estudia en el Instituto de Química Orgánica General. Es egresado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y los investigadores encontraron en su domicilio manuales de información relacionados con el intento de atentado, así como detalles sobre las labores de reclutamiento que había realizado vía Internet y en foros y redes sociales de extrema derecha, vinculados a los sectores católicos más radicales.

Por lo visto, los hechos coinciden con declaraciones de las altas jerarquías de la Iglesia española contra los manifestantes laicos, al punto de proponer acciones concretas en su contra. Al parecer, el joven Bautista reconoció ante la policía que su intención era llevar a cabo un atentado con gases asfixiantes y productos químicos letales. Llaman la atención las declaraciones de un tal Agapito Maestro (¿será nombre o apodo?), quien calificó la crítica a la visita papal de expresión de la mentalidad soviética de desprecio del cristiano, lo que parece evidenciar que el tal Maestro vive un poco atrasado de noticias.

No hay que olvidar que el señor Ratzinger es alemán. Mi impresión personal, por la lectura de alguno de sus trabajos sobre filosofía del derecho, es que se trata de un hombre profundamente inteligente y muy preparado. Pero la conducta que observa y que se refleja en estas visitas tendenciosas no es muy elogiable y, por lo visto, podría provocar males mayores.

Cuando en clase hablo de la evolución del derecho del trabajo, en particular de la doctrina social de la Iglesia católica iniciada con la encíclica Rerum novarum de León XIII, no puedo dejar de mencionar la obra de Juan XXIII, expresada en su encíclica Mater et magistra, que representa un avance extraordinario de tipo social, no fundada en la caridad sino en la justicia social. Lástima que sus sucesores no hayan seguido el mismo camino.

Me preocupa España. Tiene una clara vocación por el laicismo de la misma manera que la Iglesia católica ha encontrado en España el mejor de los ambientes, ciertamente heredado por México. Por ello mismo resulta inquietante que un mexicano, de Puebla, se convierta en el protagonista de la violencia contra el pueblo español.