jornada


letraese

Número 179
Jueves 2 de Junio
de 2011





Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate




Joan Vendrell

Cuerpos y belleza en la historia

Joan Vendrell, especialista en antropología del cuerpo de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos explica el simbolismo de una modificación estética al cuerpo humano desde la perspectiva contemporánea.

¿Qué representa para la sociedad, la posibilidad de modificar el cuerpo mediante una cirugía estética?

Las sociedades humanas han venido modificando el cuerpo mediante todo tipo de procedimientos a su alcance prácticamente desde los orígenes de nuestra especie (o al menos desde la aparición del pensamiento simbólico). Los indicios más antiguos que tenemos de pensamiento simbólico en Homo sapiens son restos de conchitas perforadas que podrían haber funcionado como abalorios, para collares, pulseras, colgantes u otro tipo de adornos. A partir de ahí podemos hablar de todo tipo de adornos o joyas –insertados a veces en diversas partes del cuerpo–, pinturas, tatuajes, escarificaciones y modificación artificial de diversas partes del cuerpo (alargamiento del cráneo o perforación dental entre los mayas; reducción del pie en China, por poner solo dos ejemplos).
Lo que hoy llamamos cirugía estética viene simplemente a añadirse a esta larguísima lista, y representa para la sociedad contemporánea lo mismo que han representado tradicionalmente el conjunto de técnicas mencionadas: la posibilidad de señalar –"marcar"– diferentes categorías de personas, establecer distinciones de sexo, edad o clase, o el reforzamiento del atractivo sexual (según los cánones establecidos por la sociedad en cuestión). En nuestra sociedad actual determinada cirugía de modificación corporal (no sé si llamarla estética) se usa incluso para ajustar la apariencia corporal al sexo sentido por determinadas personas, las y los transexuales, que se consideran atrapadas/os en un cuerpo del sexo equivocado. También puede adquirir connotaciones asociadas a lo que llamamos "salud", por ejemplo cuando se usa cirugía para reducir radicalmente el volumen de grasa corporal de las personas llamadas "obesas".

¿Cómo asume la sociedad mexicana esta situación?

Para contestar esta pregunta necesitaríamos disponer de estudios al respecto, los cuales yo no he realizado y desconozco si se han hecho y en qué amplitud. Lo que le puedo decir es que hablar de "sociedad mexicana" es engañoso, ya que la sociedad mexicana no es homogénea, todo lo contrario. Con toda probabilidad, la respuesta variará según la clase, la etnia, el género, el nivel de estudios, la región, etcétera. Sin embargo, podemos predecir una actitud parecida a la que se da o se ha dado con respecto a otras técnicas de modificación de la apariencia: tatuajes, piercing, o incluso el teñirse el cabello de colores chillones. Un caso aparte es el de las cirugías aplicadas a la transexualidad, por ejemplo, donde la respuesta dependerá del grado de concienciación social sobre la cuestión trans. También es predecible que las cirugías asociadas con la salud (correctoras de la obesidad, por ejemplo) tendrán una mayor respuesta favorable por parte del medio social (así como todas aquellas relacionadas con la reparación de daños causados por accidentes: quemados, reinserción de miembros amputados, trasplantes de cara, etc.)

¿El hecho de que las personas recurran a esta práctica implica que el cuerpo humano se ha convertido en una mercancía o un objeto de valor?

De lo anterior se deduce que la respuesta a esta pregunta variará con el tipo de práctica de que estemos hablando. Si la práctica está asociada a la salud (lo cual incluye o puede incluir el caso de los transexuales), no necesariamente tiene que implicar la "objetualización" del cuerpo o su conversión en mercancía. Si, por el contrario, la cirugía estética va dirigida claramente a incrementar el valor comercial del cuerpo, estaríamos en el caso contrario. Como ya mencioné, técnicas de modificación corporal de muchas clases han sido practicadas por los humanos desde siempre, y sin duda algunas lo han sido con el propósito de incrementar el valor del cuerpo. Por otro lado, en la cultura contemporánea el cuerpo se ha convertido en mercancía muchas veces sin necesidad de modificación o cirugía alguna.

¿Es válido imponer cánones de belleza a la sociedad a partir de cuerpos modificados?

Esta pregunta solicita un juicio de valor que no estoy preparado para proporcionar. Como antropólogo, lo único que puedo decir es que esto se ha hecho siempre. Las respuestas a las anteriores preguntas, en especial a la primera, creo que lo dejan suficientemente claro. Los humanos siempre manejan cánones de belleza (variables según las culturas), y el grado de "imposición" de los mismos variará según los medios disponibles o el tipo de sociedad. Puede tratarse de cánones para una determinada clase, por ejemplo. De hecho, la biología evolucionista nos enseña que lo más probable es que incluso las características que consideramos más "naturales" de nuestros cuerpos hayan evolucionado, en gran parte, por la llamada "selección sexual", es decir, por algo muy parecido a lo que podríamos llamar la imposición –o selección– de determinados "cánones de belleza". Habríamos pasado, entonces, de una imposición "natural" a una imposición "cultural" de dichos cánones, y de una modificación corporal por selección natural o sexual a una modificación por medios artificiales. Que esto sea "válido" o no, es una cuestión que dejo para los especialistas en ética.

¿Este hecho representa una negación hacia el cuerpo por si mismo?

En el caso humano no existe nada que podamos considerar "el cuerpo por sí mismo". Nuestros cuerpos son el fruto en parte de la evolución natural, y en parte de la cultural, y siempre han estado sometidos a toda clase de modificaciones. Incluso podríamos decir que para los humanos la "desnudez", en sentido estricto, no existe.

El antropólogo francés David Le Breton  plantea que hoy en día al cuerpo se le asocia a la figura de una máquina con funcionamiento correcto ¿Está de acuerdo?

Bastante de acuerdo. Esto es el resultado de un determinado desarrollo de la Medicina occidental: vemos el cuerpo como un conjunto de piezas que pueden ser reparadas, sustituidas, etc. (También los filósofos Gilles Deleuze y Félix Guattari hablaron de las "máquinas deseantes".) Como contrapartida, nos cuesta mucho desembarazarnos de la idea de un "yo", "mente", "consciencia" o "alma" diferente del cuerpo, que lo habita y hasta cierto punto lo dirige. Pero ahora los neurocientíficos nos dicen que no hay tal, que todo está en el cerebro (el cual también es visto como una máquina, claro está, aunque tan compleja que su funcionamiento todavía no se comprende bien).

Además argumenta que existe una divinización del cuerpo humano al cual se le pueden realizar modificaciones sin ningún problema, ¿Esto es ya una realidad en una sociedad como la nuestra?

De nuevo hay que pensar de quién estamos hablando cuando decimos "en una sociedad como la nuestra". Pero la tendencia ahí está, sin duda. Aunque yo no sé si hablaría de divinización. Prefiero quizá la palabra "cyborg". En cierto sentido, ya casi todos somos cyborgs, es decir, que nuestro cuerpo ya no se entiende sin su acompañamiento de extensiones y prótesis de todo tipo. ¿Por qué debería preocuparnos modificarlo cuando además se nos dice que es para que estemos más sanos, más guapos o para que resultemos más chingones? (Leonardo Bastida Aguilar)


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