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Vigilancia sanitaria durante una o dos décadas en Japón, pide la OMS

Tokio niega que zona de Fukushima quede inhabitable durante 20 años
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Policías buscan cadáveres en Minami Soma, prefectura japonesa de Fukushima, zona devastada por el sismo y el tsunami del 11 de marzoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de abril de 2011, p. 30

Tokio, 13 de abril. El primer ministro japonés, Naoto Kan, negó hoy que la zona alrededor de la averiada central nuclear de Fukushima podría ser inhabitable en los próximos 20 años, con lo que desmintió declaraciones previas de su asesor Kenichi Matsumoto sobre las graves secuelas de la contaminación local que obligarían al desalojo.

La planta registra fuertes problemas que la han puesto al borde de la catástrofe nuclear tras el sismo y el tsunami del 11 de marzo, que no han podido ser controlados.

En ese sentido Matsumoto, asesor especial del gobierno, propuso la construcción de una ciudad ecológica para hasta 10 mil evacuados en la provincia de Fukushima.

Pero poco después se produjo el desmentido de respecto a lo dicho por su asesor a la agencia Jiji Press, en relación a que el gobierno consideraba que los 20 kilómetros de la zona de evacuación en torno a la central quedarían inhabitables durante unas dos décadas.

El propio primer ministro se tuvo que retractar después. Antes de entrar en esta contradicción, como posible inspiración Matsumoto mencionó la versión alemana de las ciudades jardín.

Las primeras construcciones de ese tipo fueron realizadas en Alemania a comienzos del siglo XX. El objetivo era mejorar la condición de vida de los habitantes.

Según Kyodo, el mismo Kan ya había pensado incluso en un lugar concreto para una ciudad de ese tipo. Un consejo encargado de la reconstrucción tratará el tema previsiblemente este jueves.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó la necesidad de crear sistemas de vigilancia sanitaria durante una o dos décadas en Japón, a fin de medir las consecuencias del accidente nuclear.

El canciller Takeaki Matsumoto admitió que se comenzó a informar con demora a países vecinos de la filtración de agua radiactiva al Pacífico y que se les ofreció disculpas luego que los gobiernos de China, Rusia y Corea del Sur criticaron que esa agua llegase al mar.