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Ver día anteriorMartes 1º de marzo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Tlalpan: Taller Arte Contemporáneo
E

ntre las propuestas privadas de producción y promoción artística destaca el llamado Taco (Taller Arte Contemporáneo). De algún modo nació para responder a la escasa o inexistente posibilidad de que los alumnos que cursan el último año de su carrera en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), así como los recién egresados, tengan acceso como expositores o asesores en museos y espacios artísticos públicos que están totalmente acotados y cuya tónica, como se ha visto, obedece a distinto tipo de propósitos.

Fue así que Sergio Riaño, titulado de la ENAP y asistente de un prestigiado maestro de dibujo, se propuso fundar, inicialmente con apoyo de coinversión en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, un taller de producción gráfica que cuenta al mismo tiempo con aula en la que se imparten conferencias y seminarios, funcionando al igual como sala de exhibición.

El Taco es una asociación civil sin fines de lucro, aunque a la vez está proponiendo vinculación con una comercializadora a efecto de dar salida económica a las piezas que allí se generan. Este propósito, según el director, es secundario, pues si no se tiene una buena estructura cultural el proyecto se cae. Una de sus metas iniciales fue desprenderse de las burocracias institucionales.

Otra preocupación que anima a ese núcleo en el que han participado no pocos artistas llamémosles consagrados por lo menos a escala nacional, es establecer un puente generacional que permita a los jóvenes que se están formando y a los recién egresados principalmente de la ENAP, compartir experiencias con los representantes de las generaciones anteriores, esto es de maestros posteriores a la llamada Ruptura, quienes a la vez que comparten sus experiencias con los jóvenes, aprenden de ellos, situación que a todo profesor con vocación le resulta consabida.

Las personas recién egresadas o a punto de egresar de la ENAP o de La Esmeralda, pueden llevar su portafolio al Taco, con la certeza de que será examinado a conciencia. No hay evaluación, es decir, no se configura un jurado que califique si la persona es susceptible de inscripción. Hay un costo por taller: 300 pesos, operable siempre y cuando se presente credencial de la ENAP, de La Esmeralda o de centros artísticos profesionalizados, como Casa Lamm. Quienes deseen dibujar, grabar, etcétera, sin poseer formación previa en instituciones como las mencionadas, pueden igualmente acudir, salvo que la cuota por taller aumenta considerablemente, aunque suele haber excepciones.

Según palabras de Riaño, las nuevas generaciones van a tener más opciones si conocen lo que hicieron quienes son sus antecesores inmediatos, cuestión pertinente que debiera involucrar también a quienes se preparan como teóricos o profesores de historia del arte.

En el Taco hay insistencia en documentar minuciosamente la trayectoria y actividades que se efectúan. Los Kurimanzuto documentan perfectamente, y eso les permite sostener su discurso, afirma Riaño. Lamenta su pertenencia a una generación intermedia que no ha recibido atención, pese a que comprende a artistas como los Aceves Humana y Víctor Guadalajara. Se pretende atraer a los que no han brillado mucho. Algunos de estos no siguen produciendo, otros sí y son ellos y ellas quienes presentan sus carpetas.

De momento, artistas como Germán Venegas, Maribel Portella, Diego Teo, los hermanos Castro Leñero y Benjamín Torres como teórico, entre otros, han impartido talleres, siempre concurridos hasta el tope que permite el espacio (se admiten 10 alumnos, sólo excepcionalmente asisten más), la duración es de una semana, al final de la cual se presentan los trabajos realizados y se establece una discusión que involucra la revisión de lo efectuado y el análisis de los procesos creativos.

El área académica, sostiene el director, está bien sustentada, la comercialización de los productos no tanto, aunque ya existen vínculos con una galería de Baja California.

El modelo de Taco tiene un antecedente en Zona, espacio muy celebrado que recordamos bien, pero en este caso, la orquestación llamémosle práctica en cuanto a legalización, ha contado con asesorías competentes, por parte de especialistas y notarios anuentes a proporcionarlas.

En tanto la comercializadora no adquiera la competencia que el taller busca, los integrantes de Taco proponen llevar a cabo una subasta que brinde salida a la gráfica que allí se ha generado. Ya está el lugar, la gente, ya lo probamos por más de un año. Que se genere más sustancia , enuncia el director, que funciona como un par entre pares, admitiendo a la vez que sus capacidades organizativas no son del dominio común, y tiene razón. Parabienes al Taco.