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Habitantes de Francisco R. Murguía encaran a sicarios; indolencia de policía y militares

Amotinamiento y riña en el penal de Cieneguillas
 
Periódico La Jornada
Martes 1º de marzo de 2011, p. 30

Unos 350 internos del penal de Cieneguillas, Zacatecas, se amotinaron ayer inconformes con el cambio de jefes de custodios, lo que provocó una riña entre grupos antagónicos de presos. Doscientos policías antimotines y agentes municipales ingresaron para controlar a los rijosos.

La revuelta comenzó alrededor de las 10 horas del lunes. A las 13 horas entró un primer contingente de uniformados, algunos de los cuales subieron a las azoteas de los dormitorios. Quince minutos después salió del reclusorio Ricardo Ramírez, director de los centros de readaptación social de la entidad.

Se negó a hablar con los reporteros y sólo comentó que iba a plantear algo muy urgente, muy importante, al gobierno de Zacatecas. A las 15 horas, la administración estatal emitió un comunicado en el cual informó que la riña terminó en pocos minutos, con saldo blanco.

Sin embargo, entre las 16 y las 17:30 horas ingresaron a la penitenciaría unos 150 policías antimotines de los municipios de Guadalupe, Calera y Jérez. A las 19 horas las autoridades del penal de Cieneguillas aseguraron tener controlada la situación.

El 17 de mayo de 2009 un comando de Los Zetas sacó del penal de Cieneguillas a 53 presos por narcotráfico, homicidio, secuestro, extorsión, posesión de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército y asociación delictuosa.

La tarde del domingo, habitantes de la comunidad de Villa Cárdenas, municipio de Francisco R. Murguía, Zacatecas (unos 230 kilómetros al noroeste de la capital), enfrentaron con pistolas y rifles a un grupo de presuntos delincuentes, la mayoría adolescentes. El gobierno del estado informó que el saldo de las refriegas fue de dos presuntos sicarios muertos y el secuestro del delegado municipal Jesús Torres Guzmán.

No obstante, la ex diputada perredista Edith Ortega, dirigente de la organización social Manuel Ortega El Pariente, ofreció una conferencia de prensa en la capital y dijo que habitantes de la localidad reportaron el hallazgo de ocho cadáveres en las inmediaciones del poblado, lo cual desmintió la Procuraduría General de Justicia del estado.

Denunció que ni el Ejército ni las policías estatales auxiliaron a los poco más de mil habitantes de Villa Cárdenas, a pesar de múltiples llamadas telefónicas. Narró que el 22 de febrero presuntos integrantes de Los Zetas arribaron a la comunidad, donde ordenaron a Torres Guzmán que pidiera a los habitantes entregar todas las armas que tengan en sus casas.

Los presuntos criminales, en la mayoría adolescentes de entre 15 y 16 años, según lugareños, habrían fijado de plazo para entregar las armas el 27 de febrero, cuando acudirían a la casa del delegado municipal a recogerlas.

A las 13 horas del domingo, al menos 10 civiles armados, entre ellos tres mujeres, llegaron a Villa Cárdenas en tres camionetas. Se dirigieron a la casa de la familia Ríos Soriano, en la calle Niño Artillero, donde habrían preguntado por Francisco Ríos, quien no se encontraba.

El edil de General Francisco R. Murguía, Alfredo Ortiz del Río, relató a una radioemisora que un joven de 24 años mató a uno de los sicarios y enfrentó a sus secuaces; éstos destruyeron la vivienda con granadas, pero él salió ileso y mató a un segundo sicario. Al ver esto huyeron por miedo a que otras personas se le unieran.

Los atacantes se retiraron a otros puntos de Villa Cárdenas, donde se habrían enfrentado con colonos. Al fracasar en su intento por desarmar a los habitantes, los criminales levantaron al delegado Jesús Torres Guzmán.