Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 27 de febrero de 2011 Num: 834

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Lobos
Laura García

Atauriques
Ricardo Yáñez

Reinventar la frontera
Adriana Cortés Koloffon entrevista con Luis Humberto Crostwhite

Dos poemas
Bernard Pozier

Fantasmas del pasado:
quema de libros en Italia

Fabrizio Lorusso

José María Arguedas: todas las sangres de América
Esther Andradi

Llueve en Coyoacán
Waldo Leyva

Ricardo Martínez a dos años de su muerte
Juan Gabriel Puga

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Germaine Gómez Haro

Virginia Chévez: pinturas semilla

Virgina Chévez (México, D F 1961) se ha desempeñado en la pintura no figurativa. Sus lienzos de formas y tamaños multidiversos expresan, por la vía de la abstracción, los pensamientos filosóficos y la búsqueda espiritual de su autora, interesada en captar el común denominador que subyace en las diferentes religiones. Del budismo extrae el concepto del fluir de la conciencia, y sus cuadros, como mantras de colores, resuenan rítmica y armoniosamente en la pupila del espectador a través de capas y capas de pintura delicadamente aplicadas. Son una suerte de palimpsestos en los que el observador descubrirá un universo cromático de una riqueza visual infinita, así como atisbos del pensamiento y sentir de la pintora, que deja plasmados en frases dispuestas al desgaire que se entreveran en las superficies texturadas del lienzo. Entre éstas, el om –símbolo del sonido primigenio y eterno– reverbera sensualmente entre las veladuras y empastes. Los cuadros de Virginia Chévez son una suerte de libros abiertos en los que la mirada acuciosa lee entre líneas paisajes etéreos y atmósferas sensoriales. Son pinturas que se disfrutan desde la mirada interna y sin la intervención del intelecto.

Su cuarta exhibición en la Casa Lamm, que se inaugura el próximo 2 de marzo y que Virginia Chévez ha titulado Semillas, es una sugestiva metáfora que nos habla de los orígenes del fluir de la vida. Semilla es germinación, construcción y devenir. Enorme en su pequeñez, la semilla es transformación continua y así se vislumbran sus pinturas recientes: hermosos campos de cultivo en los que, a partir de la semilla, el milagro de la transformación echa raíces para construir paisajes del alma desde diversos estadios de la conciencia. Como en el ciclo natural de la gestación, la semilla es mutación perenne. Es sabiduría, misterio y revelación. Estos son también los preceptos que sigue Virginia en su creación pictórica, en un vaivén de tonos fríos y cálidos, materia y transparencias, trazos sobrios y voluptuosos que en su conjunto conforman un universo abierto a las experiencias sensoriales y ópticas. Sus pinturas, que son variaciones sobre un mismo tema, ofrecen la posibilidad de jugar con diferentes estadios anímicos: sus composiciones oscilan entre la paz y el silencio, y van in crescendo hasta alcanzar tonalidades estridentes como voces que resuenan en ecos altisonantes. Su luminosa paleta, compuesta de naranjas, rojos, azules, amarillos, morados, cobres y dorados, ha devenido más serena en el predominio de los blancos y tonos apastelados que ahora emiten un rumor callado que poco a poco ha devenido en susurros, murmullos, voces silenciosas que dan lugar a nuevos vocablos.


Shine like a sun

Paralelo a la exposición pictórica se exhibe una serie de imágenes fotográficas provenientes del libro Pinturas. 22 Colecciones publicado recientemente por la pintora. Se trata de una selección de piezas de su autoría presentadas en el contexto de diferentes colecciones particulares. Como todos sabemos, el destino de un cuadro es integrarse a una colección pública o privada, y cuando se trata de la última, la obra permanece fuera del alcance de los espectadores; por lo tanto, la idea de Chévez de mostrar en un libro bellamente editado piezas de diferentes períodos dentro de su actual ubicación en casas, oficinas o edificios, resulta muy interesante, ya que el diálogo de la pintura con el espacio arquitectónico hace que cada obra de arte exprese un carácter diferente.


Círculo de semilla
Fotos: Marco A. Pacheco

Virginia se nutre de la lectura de diferentes escritores y pensadores como Tich Nhat Hanh, Thomas Merton, John C. Maxwell, Eckhart Tolle, Thomas Moore, García Lorca y Neruda, para desarrollar el planteamiento filosófico que sustenta su producción pictórica. Complementa la muestra un texto de su autoría en el que la pintora expresa: “Brota de pronto, con el temple de una semilla bien plantada un atisbo de realidad.” Efectivamente, en sus pinturas no figurativas se percibe con claridad la realidad interior del alma de la artista que ha recorrido el camino de la creación por veinte años, plantando semillas con amor y dedicación, y cosechando la belleza de un arte pleno de calidades y cualidades estéticas.