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Lunas, reciente novela de la articulista de este diario, en la FILPM

A los escritores nos habita un fantasma que de repente habla: Bárbara Jacobs
Foto
Julio Patán y Jorge F. Hernández con la autoraFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 27 de febrero de 2011, p. 6

Todo escritor está habitado por fantasmas que tarde o temprano buscan un resquicio para hacer oír su voz. Al menos, eso ocurrió con Bárbara Jacobs en su más reciente novela, Lunas, que fue presentada ayer, en el tercer día de actividades de la 32 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).

De acuerdo con la autora, uno de los dos personajes principales de este libro habitó en ella desde mucho tiempo antes de que comenzara a escribirlo, y se manifestaba en los artículos que publica de manera quincenal en La Jornada.

Lo que llevó a la fama a (Mario) Vargas Llosa son sus fantasmas. De veras, creo que el escritor está habitado por un personaje y de repente éste habla, señaló en entrevista.

Claro, como escritor, uno debe saber ordenar y dar forma a lo que ese personaje dice y también, cuando no salen las cosas, suprimirlas. Pero, sin duda, uno trae dentro varios fantasmas.

Coeditada por la Univrsidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Era, en esta novela Bárbara Jacobs refiere las historias de Pablo Lunas y su viuda, Aurora, a partir de tres puntos de vista diferentes, todos referidos por mujeres, a las que ella delega la voz.

El primero de esos puntos es mediante la biografía; el segundo, a través de la narración de lo onírico, mientras el tercero se da a partir de la incertidumbre de la creación.

Con relación a ese último aspecto, la autora definió que para ella lo insospechado, lo imprevisto, no sólo es un asunto esencial dentro del proceso creativo, sino un terreno en el que le gusta desenvolverse.

Pablo Lunas, quien en el libro aparece como un viejo maestro de literatura ya muerto, es ese fantasma que yacía en el interior de Bárbara Jacobs y que muchas ocasiones se coló y reveló en sus colaboraciones en este diario, según comentó ella misma.

“Muchas veces, mis artículos en La Jornada hablan de personas, escritores, libros e ideas; pero, de forma no deliberada, se comenzaron a presentar de manera recurrente diversos aspectos de lo que un profesor de literatura quería transmitir a sus alumnos, y entonces se fue configurando ese personaje y una especie de instructivo de técnica literaria.”

A partir de ese material estructuró la primera parte de Lunas, de allí que esté convencida de que esa sección de la novela sea una especie de taller literario vivo.

Abundó: Si alguien quiere ser escritor y lee con cuidado los capítulos que integran la primera parte del libro, se encontrará con lecciones de técnica, de lo que se espera de un texto literario.

Ya durante la presentación, cuyo público estuvo integrado en su mayoría por jóvenes, Julio Patán afirmó que con esta obra, Bárbara Jacobs da una vuelta de tuerca a ese mundo sobremasculinizado que tradicionalmente prevalece en la literatura, al colocar sólo voces femeninas.

Mientras Jorge F. Hernández subrayó que ésta es una autora que amerita ser leída en cualquiera de sus títulos, pues son garantía de que se entrega a lo que hace.