Opinión
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SCT y la Cuenta Pública 2009

Molinar: el secretario no

La radiodifusión, al garete

C

omo titular de Comunicaciones y Transportes, concretamente en lo que se refiere a regular la operación de los servicios de radio y televisión abiertos en su primer año de estancia en la oficina principal de dicha dependencia del Ejecutivo, Juan Molinar Horcasitas se ganó a pulso el apodo de el secretario no: no hizo absolutamente nada, salvo provocar escándalos por doquier; evadir la justicia (no sin la complicidad del inquilino de Los Pinos) y armar jugosos negocios para los amigos del régimen, mientras tal regulación se mantenía en el éter.

Este accidentado personaje (cuyo amigo lo colocó en dos posiciones de primer nivel sin que el politólogo tuviera mínima experiencia en, primero, salud y seguridad social, y, segundo, en comunicaciones y transportes), arribó el 3 de marzo de 2009 a la oficina principal de la SCT (en sustitución de otro prodigio de la clase tecnocrático-política del país: Luis Téllez, quien tampoco hizo mayor cosa en el área que se le encargó) y la dejó el pasado 7 de enero, para dedicarse abiertamente, ya sin membrete de titular de dicha dependencia, a la grilla electoral en nombre de la jerarquía panista (léase el inquilino de Los Pinos). Y de no hizo un rosario.

Pues bien, la Auditoría Superior de la Federación documentó los resultados (revisión de la Cuenta Pública 2009) del susodicho en su primer año al frente de la SCT, concretamente en materia de regulación de la operación de los servicios de radio y televisión abiertos, en el entendido de que esta tarea resulta fundamental para ampliar la cobertura de los servicios, así como mejorar la calidad y competitividad en la prestación de éstos en el país, (toda vez) que la principal problemática se refiere al limitado crecimiento de los servicios de radio y televisión abiertos, debido a que desde 1994 no se han otorgado nuevas concesiones, lo que restringe su desarrollo. Lo anterior, aunado a la existencia de estaciones en ambos medios electrónicos que operan sin concesión en diferentes poblaciones del territorio nacional (Programa Sectorial de Comunicaciones y Transportes 2007-2012).

Entonces, en el balance sobresale lo siguiente: la SCT no tiene la información requerida para evaluar la conducción de la política de radiodifusión en materia de ampliar la cobertura, mejorar la calidad y competencia de esos servicios; no contó con un plan de acción para formular un programa de radiodifusión en el que se incluyan los objetivos, metas, estrategias y prioridades, la asignación de recursos, responsabilidades y resultados; no estableció un plan de acción para elaborar el Programa de Radiodifusión para verificar los resultados en las acciones para conducir la política y desarrollar los servicios en la materia; no realizó un diagnóstico para evaluar la cobertura de dichos servicios, en beneficio de los mexicanos; no fue posible determinar las acciones llevadas a cabo por la SCT para incrementar la cobertura geográfica de la radiodifusión en aquellas zonas del país que carecen de esos servicios, incumpliendo el objetivo de la política pública en el tema.

No dispuso de la información sobre la aplicación de las políticas y estrategias, ni de un diagnóstico para evaluar los resultados en cuanto al incremento en el número de empresas de radiodifusión, a fin de promover la competencia en la prestación de los servicios en México; entre 2006 y 2009 el número de estaciones de radio y de canales de televisión permaneció sin cambio, con lo que no se promovió la competencia; no fue posible determinar las acciones llevadas a cabo por la dependencia para incrementar el número de estaciones de radiodifusión concesionaria y permisionaria, y para promover la competencia en la prestación de los servicios de radio y televisión abiertos.

No realizó acción alguna para establecer el programa de concesionamiento, por lo que en 2009 no se llevó a cabo ningún proceso de licitación para concesionar bandas de frecuencia para proporcionar servicios de radiodifusión; no dispuso de la documentación para acreditar las acciones ejecutadas en esta materia; no contó con la información para revisar y tramitar la actualización de disposiciones legales y reglamentarias necesarias para adecuar el marco normativo de la operación de los servicios de radiodifusión; no adecuó, modificó y actualizó las disposiciones legales y reglamentarias en materia de radiodifusión, debido a las modificaciones a las leyes federales de Telecomunicaciones y de Radio y Televisión; no se presentaron propuestas para otorgar concesiones, debido a que en ese año no se publicó un programa de concesionamiento sobre bandas de frecuencia para los servicios de radiodifusión y, por tanto, no existió ningún proceso de licitación pública.

No tiene establecidos plazos internos para el desahogo de las propuestas de otorgamiento de refrendos que la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) le remite para su validación correspondiente; no definió plazos internos para evaluar la oportunidad en el otorgamiento de concesiones y refrendos que la comisión le remite (con la auditoría se determinó que el plazo para que la SCT otorgue esos refrendos fue de tres años en promedio, rebasando el plazo de 90 días establecido en la normativa aplicable en la materia); no supervisó, pues 24.4 por ciento de los prestadores de los servicios de radiodifusión operaron entre uno y 12 meses con la concesión vencida y sin contar con el refrendo correspondiente, otro 51.6 por ciento lo hizo en las mismas condiciones por un año, 21 por ciento adicional por dos años, y 3 por ciento entre tres y cuatro años; no presupuestó recursos de forma directa para la regulación de los servicios de radio y televisión, debido a que los dineros para estas acciones se autorizaron en el Programa Presupuestario P001. Definición y Conducción de la Política de Comunicaciones, que considera todos los servicios de telecomunicaciones (todo el presupuesto se destinó a servicios personales; ni un peso a gasto de capital). Documento íntegro en: www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2009i/Tomos/Tomo3/2009_1067_a.pdf)

Las rebanadas del pastel

Pues en eso de las negativas, Carlos Slim le dijo no a Televisa (en 2011 ni un peso publicitario de sus empresas en las pantallas de la fábrica de sueños), y Emilio Azcárraga reviró: no me importa, porque esos dineros sólo representaron 3.8 por ciento de sus ingresos por publicidad en 2010, y casi 1.5 por ciento de los ingresos totales. No quieren dejar de odiarse… Hoy, quinto aniversario luctuoso de Pasta de Conchos, y Germán Larrea permanece intocado.