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Desde otras ciudades

Dictador sin papeles

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Baby Doc en Haití, el pasado 21 de eneroFoto Ap
C

uando el 7 de febrero de 1986 Jean Claude Duvalier, alias Baby Doc, huye de un Haití alzado contra una dictadura que, junto con la de su padre François Duvalier o Papa Doc, sumó 29 años, subiéndose a un avión de la US Air Force, no aterrizó en Estados Unidos, sino en la Francia de François Miterrand, donde el secretario del Partido Socialista, Lionel Jospin, declaró entonces que “en nombre de la soberanía francesa, tendría que decirse a Estados Unidos que no quieren a Baby Doc en su territorio”.

Sin embargo, tras haberlo admitido por siete días en tránsito, su aterrizaje en Grenoble dio comienzo a una larga estancia que las autoridades de 13 sucesivos ministros del Interior no limitaron, aduciendo que se había perdido su huella, pero que si caía en un control de papeles sería tratado como cualquier persona en situación ilegal. Aunque, según su ex abogado Sauveur Vaisse, se le advirtió desde el principio que si era discreto nada le pasaría.

Ciertamente le fue negado en 1992 el asilo político que solicitó desde 1986, pero pudo vivir 25 años en distintas ciudades galas incluida París, gastando parte de su fortuna –más de 900 millones de dólares, cifra superior a la deuda externa de su país cuando lo abandonó– con su familia, guardias personales y pequeña corte, cambiando a veces de nombre, siendo expulsado de una lujosa residencia por falta de pago o dejando cuentas en hoteles, sin que estas situaciones sirvieran para detenerlo como a cualquier defraudador. Así como no procedieron las demandas de extradición solicitadas por Haití.

En 2005 obtuvo un pasaporte diplomático, concedido por el primer ministro Gerarde Latortue, amigo de Estados Unidos durante el interinato del presidente Boniface Alexandre, pretendiendo presentarse a la elección presidencial. Tal como hizo en la actual coyuntura de 2011. Sin embargo, los analistas creen que en realidad regresó para despistar a los suizos, haciéndoles creer que en su país no es perseguido y, de este modo, evitar que los 6 millones de dólares que tiene bloqueados en Suiza sean restituidos a Haití por virtud de la llamada ley Duvalier que entrará en vigor el 1º de febrero entrante. Pero afortunadamente Haití lo puso en arresto domiciliario en su hotel, contrariamente a lo que hizo Francia cuando pisó su suelo hace 25 años.

Yuriria Iturriaga