Cultura
Ver día anteriorMartes 1º de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Dos nietas del personaje dan a conocer su libro, publicado por Taurus

Persisten la injusticia y la pobreza contra las que luchó Francisco Villa

Las personas necesitan asirse a algo, por eso lo convirtieron en santo laico: Guadalupe

El revolucionario fue el más visible, junto con Zapata, en el centenario de la gesta de 1910: Rosa Helia

Foto
Guadalupe y Rosa Helia Villa, nietas del Centauro del Norte, durante la entrevista con La JornadaFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Martes 1º de febrero de 2011, p. 5

Villa de mi corazón (editado por Taurus) es una indagación sobre la forma en que el pueblo mexicano se ha apropiado del personaje de Francisco Villa tras su muerte, y lo ha convertido en un santo laico, aseguran dos nietas del revolucionario, coautoras del libro que ya se encuentra en circulación.

Nace de nuestra curiosidad por ver qué ha pasado con el general Villa después de muerto, ya que el personaje histórico ha sido muy abordado por varios investigadores, señaló Guadalupe Villa, quien junto con su hermana Rosa Helia concretó la investigación.

La publicación, a la vez un documento iconográfico y un libro de arte, explora la imagen de Francisco Villa y la forma en que se convierte en parte de la memoria visual del siglo pasado y una de sus aristas más sorprendentes, en una especie de hagiografía.

“Eso es lo interesante: ver cómo las personas se ha apropiado del personaje en las camisetas, llaveros, en tazas, en marcas de productos; cómo se ha convertido en un ‘santo laico’; cómo le dedican oraciones, veladoras y altares”, reseña la historiadora Guadalupe Villa.

El motivo, explica, es que las mismas causas contra las que luchó Villa siguen presentes: la injusticia y la pobreza. Las personas necesitan asirse a algo, a alguien, puesto que las autoridades y la sociedad misma no han podido corregir esos males; buscan creer en algo y se lo fabrican.

Villa genera muchas adhesiones entre el pueblo y entre los intelectuales; por ejemplo, además de la biografía monumental de Friederich Katz, la mejor que se ha escrito, cuántos han ido abordando al personaje de forma histórica y en las novelas que se han hecho, asevera Guadalupe Villa.

Agrega: Es un libro muy atractivo, muy llamativo. No es de historia, aunque tiene algunos datos históricos, pero más bien es un libro de arte que muestra la evolución del personaje hasta la actualidad, como bandera política contestataria de las políticas de lo que ellos consideran el mal gobierno.

Y debido a la incursión villista en Columbus, se convierte en un vengador de agravios en el imaginario colectivo, “el gran héroe nacionalista.

Es lo que que las personas quieren pensar, porque a Villa le fue muy mal en Columbus, la peor parte se la llevaron los revolucionarios, asevera.

Apasionado y cabal

Rosa Helia Villa tercia: “Friedrich Katz dedicó la mitad de su vida como investigador académico a Villa, se enamoró de él: Villa era de Katz. Ése es un fenómeno que van a notar cuando vean el libro: hay ‘n’ cantidad de personas que hicieron suyo a Villa o se transforman en él”.

Y refiere el caso de Chicho Martínez: Él tiene un monólogo a caballo, le habla a su pueblo, lo aconseja y llora. Él se transforma en Villa.

Rosa Helia, egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, asevera: Villa fue el revolucionario incómodo. Y el más visible en el centenario de la Revolución, el más venerado. Junto con Zapata, claro. Pero no sólo por el pueblo. Desde que Villa surgió tenía un carisma y una fuerza tal que atraía la voluntad de los hombres y las mujeres que lo seguían... además de la de intelectuales y de personas importantes, por ejemplo Francisco I. Madero.

Guadalupe Villa refiere que el dirigente de la División del Norte fue creando su propio mito: era un hombre que sabía manejar como nadie la propaganda. Aprendió rápidamente qué era gracias a que se le acercaron los fotógrafos y los cineastas estadunidenses.

Y concluye: “Un personaje histórico muy fuerte, muy atractivo; y un personaje que le es propio al pueblo, que el pueblo siente suyo. Villa es muchas cosas –aquí se emociona–. Creo que es muy difícil definirlo porque no cabe en una sola definición. Un hombre apasionado, cabal, porque él decía que había dos cosas que no se podían perdonar en esta vida: la ingratitud y la traición. Yo creo que eso lo pintó de cuerpo entero”.